lunes, julio 13, 2020

ÚLTIMO TREN DE LA NOCHE (VIOLACIÓN EN EL ÚLTIMO TREN DE LA NOCHE) (L'ultimo treno della notte) (Italia, 1975) Intriga




Director: Aldo Lado
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Intérpretes PrincipalesFlavio Bucci, Macha Méril, Gianfranco De Grassi, Enrico Maria Salerno, Marina Berti, Franco Fabrizi, Irene Miracle, Laura D'Angelo, Dalila Di Lazzaro
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ArgumentoDos amigas cogen el tren para pasar las vacaciones de Navidad en casa de los padres de una de ellas.
Pero en el tren se cuelan dos pervertidos que las que las someterán a toda clase de vejaciones y sufrimientos. 
Ademas los dos delincuentes cuentan con la complicidad de una extraña mujer que también viaja en el tren. 
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Mi opinión:  Una un tanto vergonzosa película italiana, que copia "La última casa a la izquierda" sin ninguna cortapisa.
Morbosa, violenta y francamente desagradable, no tanto en la forma sino más en el fondo, pone de coartada una falsa y algo estúpida disertación sobre el poder que tiene la violencia sobre nuestra sociedad. Seas de la clase social que seas al final, llegado el caso, recurres a la violencia como camino para arreglar las cosas o al menos tener una satisfacción por algún desaire o algo peor.



Todo esto realizado con la prestancia formal de Aldo Lado, realizador que tiene cosas interesantes, pero en esta ocasión supeditado a epatar al espectador. Y lo que logra, creo, es descorazonarle y dejarle con mal cuerpo. Pero no de forma satisfactoria como lo haría, por ejemplo, el gran Peckinpah con su magistral "Perros de paja", sino decepcionante.



Se puede ver y no aburre pero te das cuenta poco a poco a dónde irá la cinta y se convierte en previsible y, por supuesto, en forma alguna aleccionadora bajo ningún concepto (el personaje de "la mujer del tren", tiene tela). La violencia por la violencia.
Bonitas actrices, música del maestro Morricone, que incluso retoma la música con la armónica de "Hasta que llegó su hora" (en efecto, se autoplagia, ¿homenajea?), y sorpresa viendo al siempre buen actor Enrico María Salerno metido en estos lares.
En fin, ocho manos en el guión para este desaguisado moral.

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