Director: Leo McCarey.
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Intérpretes Principales: Irene Dunne, Charles Boyer. Maria Ouspenskaya. Lee Bowman. Astrid Allwyn, Maurice Moscovitch, Scotty Beckett.
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Argumento:Durante un viaje en barco, de Europa a Nueva York, se conocen y enamoran un joven ricachón, que está a punto de casarse con una mujer de la alta sociedad, y una joven alejada de cualquier boato de simpleza y levedad vital, que también tiene novio.
Ambos deciden darse seis meses hasta que se encuentren en el piso 102 del Empire State, lugar donde se reencontrarán y prometerán en matrimonio.
Hasta entonces ella se va a trabajar lejos, como cantante de un night-club y él intenta ganarse la vida como pintor.
Pasa el año y llega el 1 de junio.
Ambos se dirigen, ilusionados, al susodicho piso 102. Sin embargo, un terrible acontecimiento hará que no lleguen a encontrarse.
Ambos deciden darse seis meses hasta que se encuentren en el piso 102 del Empire State, lugar donde se reencontrarán y prometerán en matrimonio.
Hasta entonces ella se va a trabajar lejos, como cantante de un night-club y él intenta ganarse la vida como pintor.
Pasa el año y llega el 1 de junio.
Ambos se dirigen, ilusionados, al susodicho piso 102. Sin embargo, un terrible acontecimiento hará que no lleguen a encontrarse.
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Mi opinión: Maravillosa película original de "Tú y yo", magníficamente dirigida por Leo McCarey, la cual volvió a rodar, de manera prodigiosa, años más tarde, con el mismo título y Cary Grant y Derorah Kerr de protagonistas.
En esta versión de 1939, McCarey nos presenta de forma sensible, dúctil, cuidada en todos los extremos (no en vano contribuyeron a ello personas como Delmer Daves en el guión, Rudolph Maté en la fotografía, y Edwar Dmytrick en el montaje), exquisita y extremadamente romántica, una preciosa historia de amor entre dos personas que, aparentemente, no pueden ser más distintas: el ricachón, que se dedica a vivir la vida, a extraerle los mejores manjares, viajes, lujos y distintas mujeres a las que apenas hace caso y olvida de la misma.
Y la señorita que ha vivido lo suyo, trabajando duramente en sitios que hubiera deseado no estar quizás, pero manteniendo intactas la honestidad y dignidad. Cuando ambos se encuentran se atraen y enamoran.
Esta versión contiene partes prácticamente iguales que en la de los años cincuenta, y otras distintas.Diferentes, no en el fondo, pero sí en la forma, en personajes o situaciones, así como, lógicamente, en cuanto a diálogos se refiere, en el viaje en barco.
Aquí hay momentos, como el diálogo con un algo repelente niño, que no recuerdo se diera en la segunda versión, aunque no estoy seguro.
Me refiero a cuando Irene Dunne ve al niño, de unos siete años, que está encaramado peligrosamente a una barandilla y le dice que tenga cuidado, que se puede romper una pierna, que a ella le pasó de niña. Entonces el niño le pregunta amablemente cómo está ahora su pierna. Ella le dice que ahora está bien, a lo que el niño le espeta: ¿Entonces, a qué el sermón?
Sin embargo, lo principal es prácticamente lo mismo, como el momento del accidente o la visita a la abuela del protagonista.
Unas escenas, estas, las de la abuela, mágicas en su finura estilística y emocional, sobre todo las que tienen lugar entre Irene Dunne y la portentosa María Ouspenskaya, ambas nominadas al Óscar por sus respectivos papeles (por cierto, que la peli estuvo nominada a seis Óscars, no ganando ninguno que yo sepa).
Gran película, admirable en el fondo y forma, al igual que su magistral versión de los cincuenta. Ambas películas figuran entre mis favoritas.
En esta versión de 1939, McCarey nos presenta de forma sensible, dúctil, cuidada en todos los extremos (no en vano contribuyeron a ello personas como Delmer Daves en el guión, Rudolph Maté en la fotografía, y Edwar Dmytrick en el montaje), exquisita y extremadamente romántica, una preciosa historia de amor entre dos personas que, aparentemente, no pueden ser más distintas: el ricachón, que se dedica a vivir la vida, a extraerle los mejores manjares, viajes, lujos y distintas mujeres a las que apenas hace caso y olvida de la misma.
Y la señorita que ha vivido lo suyo, trabajando duramente en sitios que hubiera deseado no estar quizás, pero manteniendo intactas la honestidad y dignidad. Cuando ambos se encuentran se atraen y enamoran.
Esta versión contiene partes prácticamente iguales que en la de los años cincuenta, y otras distintas.Diferentes, no en el fondo, pero sí en la forma, en personajes o situaciones, así como, lógicamente, en cuanto a diálogos se refiere, en el viaje en barco.
Aquí hay momentos, como el diálogo con un algo repelente niño, que no recuerdo se diera en la segunda versión, aunque no estoy seguro.
Me refiero a cuando Irene Dunne ve al niño, de unos siete años, que está encaramado peligrosamente a una barandilla y le dice que tenga cuidado, que se puede romper una pierna, que a ella le pasó de niña. Entonces el niño le pregunta amablemente cómo está ahora su pierna. Ella le dice que ahora está bien, a lo que el niño le espeta: ¿Entonces, a qué el sermón?
Sin embargo, lo principal es prácticamente lo mismo, como el momento del accidente o la visita a la abuela del protagonista.
Unas escenas, estas, las de la abuela, mágicas en su finura estilística y emocional, sobre todo las que tienen lugar entre Irene Dunne y la portentosa María Ouspenskaya, ambas nominadas al Óscar por sus respectivos papeles (por cierto, que la peli estuvo nominada a seis Óscars, no ganando ninguno que yo sepa).
Gran película, admirable en el fondo y forma, al igual que su magistral versión de los cincuenta. Ambas películas figuran entre mis favoritas.
Leer critica de Tú y yo (Love affair) en Muchocine.net
6 comentarios:
Seguimos en la "pelea".
Lo celebro y enhorabuena. Por el número de entradas, por su calidad y por la cantidad de visitas.
saludos,
satorgorria
Hola, amigo Sator,
¡Qué alegría tenerte entre nosotros de nuevo!
Espero verte en persona y que me cuentes alguna cosita de tu veraneo, que siempre es interesante.
Pues, en efecto, seguimos en la pelea. Y que sea durante mucho tiempo.
Dentro de poco inauguraré una nueva sección dedicada al Festival de Donostia 2007. En ella iré introduciendo comentarios de las pelis OFICIALES, que vaya viendo durante los siete días que creo podré estar. Son diez días, así que me perderé las de los días 24, 25 y 26 por la mañana.
En fin, por lo menos podré hablar de un buen número de ellas.
En otro orden de cosas, en estos momentos estoy ultimando la presentación nueva de mi vieja página web de cine, que ahora está en la dirección www.telefonica.net/web2/pelisignaciobilbao, del que he realizado un vínculo en los enlaces de este blog.
Todavía no he terminado de pasar la vieja información a la nueva, pero esta semana espero terminarla.
Es la misma página pero, creo, que más cómoda en cuanto a que la gente se entere de qué va la cosa, con vínculos más claros, etc.
El asunto de los colores y fondos de página los dejaré para más adelante. Primero pasar la información.
En fin, ya me dirás si ha mejorado o sigue tan cutre (pero entusiasta) como antes.
Un saludo y gracias por todo.
Travis (Iñaki)
¡Ah! A pesar de que ya les hice la petición hace tiempo, todavía no está dada de alta la nueva página web en Google. No sé si lleva tiempo o es que la han rechazado.
Tomo nota y hago el cambio del enlace de tu página web en mi blog.
Muy chula, por cierto.
Leo McCarey tenía un don para poder regalarnos siempre una película digna de ser considerada obra maestra. En este caso la regla se vuelve a cumplir. Saludos!
Hola, Budokan,
Celebro que te gustara. Porque, la has visto, ¿verdad?
Un saludo.
Travis (Iñaki)
mi película favorita! :D (la versión de los 50s me parece pésima, en mi opinión)
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