Autores: JORDI SÁNCHEZ, PEP ANTÓN GÓMEZ
Intérpretes: Enrique (Kike) San Francisco, Jorge Sanz
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Argumento: Dos hermanos se enfrentan en una disputa dialéctica, a causa del posible dinero que les dejará su madre, a punto de fallecer.
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Mi opinión: Entretenida comedia, bien interpretada por los simpáticos Kike San Francisco y Jorge Sanz.
Los dos cumplen sobradamente sus papeles, uno en el rol de hermano tranquilo y sosegado y el otro bastante histérico.
Dura la obra una hora y 35 minutos (sin descanso), aunque se apagan durante un minuto o dos las luces, y se sigue la historia bien. Pero su desarrollo es bastante irregular.
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Argumento: Dos hermanos se enfrentan en una disputa dialéctica, a causa del posible dinero que les dejará su madre, a punto de fallecer.
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Mi opinión: Entretenida comedia, bien interpretada por los simpáticos Kike San Francisco y Jorge Sanz.
Los dos cumplen sobradamente sus papeles, uno en el rol de hermano tranquilo y sosegado y el otro bastante histérico.
Dura la obra una hora y 35 minutos (sin descanso), aunque se apagan durante un minuto o dos las luces, y se sigue la historia bien. Pero su desarrollo es bastante irregular.
La primera media hora es ágil y los diálogos se suceden continuamente, con ironía. Buenas réplicas y un texto rico en situaciones.
Sin embargo, poco a poco, la historia va perdiendo gas, entre otras cosas porque lo que cuenta tampoco da más de sí. La obra hubiera requerido durar diez minutos menos o así. Hubiera sido mejor. Sin duda.
Sin embargo, poco a poco, la historia va perdiendo gas, entre otras cosas porque lo que cuenta tampoco da más de sí. La obra hubiera requerido durar diez minutos menos o así. Hubiera sido mejor. Sin duda.
Al finalizar, al saludar al público, el bueno de Kike San Francisco estaba hecho polvo, sin duda por la paliza física que se había dado, en un recinto demasiado caluroso, y no precisamente por el "calor del público", sino porque los radiadores estaban a tope.
Como curiosidad, contar que al ir a sentarme, vi que mi localidad estaba ocupada por otra persona. No le dije nada y me senté en la de al lado. Pero héte aquí, que más tarde llegó la que debía sentarse en su localidad, la que yo ocupaba. Al comentarle a la chica que se había sentado en la mía, descubrimos sorprendidos pero también divertidos, que estaba duplicada, que los dos teníamos la misma localidad. Cosas de la informática, pues las habíamos sacado por la Teleka, usando nuestras tarjetas de crédito. En fin, como no se llenó del todo, a pesar de haberse agotado todas las localidades, me pude sentar muy cerca de allí, en la fila 5, un poco esquinado. Pero la vi y oi bien.
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