Director: Luis Buñuel
Intérpretes Principales: Pedro Armendáriz, Katy (kathy) Jurado, Rosa Arenas, Andrés Soler, Roberto Meyer.
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Argumento: "El Bruto" es un joven con una fuerza descomunal, pero carente de casi cualquier atisbo de inteligecia. No es que sea tonto, pero sí que le cuesta pensar, como él suele decir.
Un día, su benefactor, un hombre ya maduro, que se dice puede ser su verdadero padre, le da un trabajo. Tiene que meter miedo a una comunidad de vecinos, para que se marchen del solar de su propiedad (presuntamente), ya que desea edificar. Un día, el bruto pega un no muy fuerte golpe a un viejo. Y el viejo muere al estar enfermo de los pulmones. Un dia, conoce de casualidad a la hija del fallecido y se enamora al ver lo buena que es.
Un día, su benefactor, un hombre ya maduro, que se dice puede ser su verdadero padre, le da un trabajo. Tiene que meter miedo a una comunidad de vecinos, para que se marchen del solar de su propiedad (presuntamente), ya que desea edificar. Un día, el bruto pega un no muy fuerte golpe a un viejo. Y el viejo muere al estar enfermo de los pulmones. Un dia, conoce de casualidad a la hija del fallecido y se enamora al ver lo buena que es.
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Mi opinión: Estimable obra del sabio de Calanda, en plena época mexicana.
Se trata de un producto sin demasiadas exigencias técnicas, pero que va directo al grano, al corazón y las tripas del espectador.
Apoyada por unas estupendas interpretaciones, con muchas escenas sin cortes, con pocos planos, los personajes van tomando cuerpo y el espectador se mete sin pestañear en la dura historia. Inflexible, Buñuel narra una historia de odio, lujuria, amor y cierta redención, sin temblarle el pulso.
Al finalizar, se tiene la sensación de haber visto, quizás, un producto menor dentro de la filmografía del maestro, pero lo cierto es que gusta bastante y deja un muy buen sabor de boca.
Se trata de un producto sin demasiadas exigencias técnicas, pero que va directo al grano, al corazón y las tripas del espectador.
Apoyada por unas estupendas interpretaciones, con muchas escenas sin cortes, con pocos planos, los personajes van tomando cuerpo y el espectador se mete sin pestañear en la dura historia. Inflexible, Buñuel narra una historia de odio, lujuria, amor y cierta redención, sin temblarle el pulso.
Al finalizar, se tiene la sensación de haber visto, quizás, un producto menor dentro de la filmografía del maestro, pero lo cierto es que gusta bastante y deja un muy buen sabor de boca.
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