Director: Hiroshi Inagaki.
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Intérpretes Principales: Toshirô Mifune, Hideko Takamine, Hiroshi Akutagawa, Chishu Ryu. Chouko Iida.
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Argumento: Matsugoro fue en el pasado un temido bandido, que ahora trabaja llevando pasajeros en su carrito (rickshaw). Aunque ahora no se mete en muchos líos, todavía tiene su lado salvaje y es rudo. Un día conoce a un niño herido y se lo lleva a la madre. El padre del niño le invita a tomar sake con ellos y se hacen buenos amigos. Un día, el padre enferma y muere. Desde ese momento, Matsugoro se encargará del bienhestar de la madre (de la que está enamorado en secreto) y del niño.
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Mi opinión: Espléndida película de Hiroshi Inagaki, el de los "Samurais", llena de virtudes, tanto cinematográficas, como humanas.
Es divertida y emotiva a la vez, logrando que el espectador viva las andanzas del protagonista como propias, a pesar de su rudeza e ignorancia.
Unos personajes entrañables en su desbordante humanidad, que deben vivir cotidianamente en paz, siendo dignos y honestos, a través de los años (estamos a comienzos del siglo XIX).
Excelentes interpretaciones, donde sobresale, una vez más, el
gran Toshiro Mifune, un gigante de la composición dramática, perfecto en su intensidad y en su contención.
Momentos como la carrera de resistencia, o cuando toca el tambor de Gion, son maravillosos, así como la bellísima fotografía y el impecable y precioso vestuario.
Un relato de amor imposible que acongoja desde el principio hasta el final, inolvidable. Una lección de excelente cine.
Este filme logró el León de Oro en el Festival de Venecia de 1958.
Es divertida y emotiva a la vez, logrando que el espectador viva las andanzas del protagonista como propias, a pesar de su rudeza e ignorancia.
Unos personajes entrañables en su desbordante humanidad, que deben vivir cotidianamente en paz, siendo dignos y honestos, a través de los años (estamos a comienzos del siglo XIX).
Excelentes interpretaciones, donde sobresale, una vez más, el
gran Toshiro Mifune, un gigante de la composición dramática, perfecto en su intensidad y en su contención.Momentos como la carrera de resistencia, o cuando toca el tambor de Gion, son maravillosos, así como la bellísima fotografía y el impecable y precioso vestuario.
Un relato de amor imposible que acongoja desde el principio hasta el final, inolvidable. Una lección de excelente cine.
Este filme logró el León de Oro en el Festival de Venecia de 1958.
2 comentarios:
Cómo te estás poniendo a cine japonés. Todo un lujo que lo aprovechas muy bien.
Y lo compartes. Un saludo.
satorgorria.
Hola amigo Sator,
Pues sí, pero, como te he comentado algunas veces, es pura coincidencia. Podrían haber sido pelis chinas o francesas, o argentinas...lo que toque según las veo. Y créeme, las veo de forma aleatoria. ¡Hombre, hago selección, no veo cualquier cosa! Pero no me fijo de qué nacionalidad sean. Eso sí, todas son anteriores al año 2000, que esas las dejo para mi página web.
Un abrazo a tod@s.
Travis
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