Directora: Byambasuren Davaa
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Intérpretes Principales: Babbayar Batchuluun, Nansal Batchuluun. Nansalmaa Batchuluun. Buyandulam Daramdadi, Batchuluun Urjindorj
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Argumento: Nansal, la hija mayor de una familia de nómadas mongoles, se encuentra un día un cachorro mientras recoge estiércol cerca de su casa. Desde el primer momento se encapricha con el perrito pero cuando lo lleva a casa, su padre tiene miedo de que les traiga mala suerte, ya que cree que puede ser descendiente de lobos, y le pide que se deshaga inmediatamente de él. A pesar de las órdenes de su padre, Nansal se queda con el cachorro.
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Intérpretes Principales: Babbayar Batchuluun, Nansal Batchuluun. Nansalmaa Batchuluun. Buyandulam Daramdadi, Batchuluun Urjindorj
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Argumento: Nansal, la hija mayor de una familia de nómadas mongoles, se encuentra un día un cachorro mientras recoge estiércol cerca de su casa. Desde el primer momento se encapricha con el perrito pero cuando lo lleva a casa, su padre tiene miedo de que les traiga mala suerte, ya que cree que puede ser descendiente de lobos, y le pide que se deshaga inmediatamente de él. A pesar de las órdenes de su padre, Nansal se queda con el cachorro.
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Mi opinión: Curiosa película, rodada a la manera de un documental, aunque algo novelada. Sin duda para darle una pátina más comercial que la que, posiblemente, hubiera conseguido de haberse rodado como un documental en el 100%.
Byambasuren Davaa, la realizadora, que ya se dio a conocer al mundo occidental con "La historia del camello que llora", logra de nuevo emocionar, sobre todo al final, con esa escena, sencilla pero tremendamente eficaz, del niño y los buitres.
Hasta entonces exige la paciencia y complacencia del espectador, que se debe tomar la película como lo que es: el reflejo de la vida de una sencilla familia de nómadas mongoles, en su tierra, en esas durísimas tundras. Una vida austera y laboriosa, y no exenta de cariño y amor.
Todo ello está narrado empleándose un ritmo sin duda lento, viéndose las evoluciones tanto de los padres y abuela, como, sobre todo, de los tres niños y el perro que da título al film.
Mi opinión: Curiosa película, rodada a la manera de un documental, aunque algo novelada. Sin duda para darle una pátina más comercial que la que, posiblemente, hubiera conseguido de haberse rodado como un documental en el 100%.
Byambasuren Davaa, la realizadora, que ya se dio a conocer al mundo occidental con "La historia del camello que llora", logra de nuevo emocionar, sobre todo al final, con esa escena, sencilla pero tremendamente eficaz, del niño y los buitres.
Hasta entonces exige la paciencia y complacencia del espectador, que se debe tomar la película como lo que es: el reflejo de la vida de una sencilla familia de nómadas mongoles, en su tierra, en esas durísimas tundras. Una vida austera y laboriosa, y no exenta de cariño y amor.
Todo ello está narrado empleándose un ritmo sin duda lento, viéndose las evoluciones tanto de los padres y abuela, como, sobre todo, de los tres niños y el perro que da título al film.
Y es que el perro tiene una importancia vital tanto en la película como en la vida de los mongoles, donde existe un antiguo vínculo entre los canes y el hombre, con una gran importancia para la reencarnación.
De ello se habla en este singular trabajo de Davaa, una realizadora que cuida al detalle los planos, sacando belleza sin igual, amén de poesía.
No se puede decir, a la manera occidental, que la peli sea un dechado de entretenimiento, pero sí que merece la pena por su profunda humanidad y las sencillas enseñanzas que desprenden sus imágenes.
Lo mejor, además de la escena de los buitres, la escena final, que solo se puede ver en los extras del DVD, cuando la niña acaricia al perro mientras este duerme. Ella le dice:
"- ¡Jo! Cuando quiero jugar contigo tú estás durmiendo. Para mi que antes (en la otra vida) eras un holgazán".
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TRÁILER EN YOUTUBE.COM
De ello se habla en este singular trabajo de Davaa, una realizadora que cuida al detalle los planos, sacando belleza sin igual, amén de poesía.
No se puede decir, a la manera occidental, que la peli sea un dechado de entretenimiento, pero sí que merece la pena por su profunda humanidad y las sencillas enseñanzas que desprenden sus imágenes.
Lo mejor, además de la escena de los buitres, la escena final, que solo se puede ver en los extras del DVD, cuando la niña acaricia al perro mientras este duerme. Ella le dice:
"- ¡Jo! Cuando quiero jugar contigo tú estás durmiendo. Para mi que antes (en la otra vida) eras un holgazán".
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2 comentarios:
Me encantó esta película. “La historia del camello que llora” me gustó más, es más austera, creo que tiene más “historia” que esta, y pese a ello una mayor dimensión documental. En ambos films nos encontramos con familias mongolas auténticas, pero en “El perro mongol” parece que la familia se interprete a si misma; me parecen mucho mas naturales los de la anterior película, la cual creo que, además, es mucho más emotiva, a la vez que “mágica”, por decirlo de algún modo. También se nota en “El perro mongol” un cuidado esmerado en el aspecto visual, la fotografía es tremenda, y uno de los grandes atractivos del film. Por cierto, porque nos empeñaremos en España en traducir los títulos de las películas como nos viene en gana; ya que la película iba a atraer a un público totalmente minoritario, que más da ponerle “La cueva del perro amarillo” en vez de “El perro mongol”: se cubrió de gloria el responsable, como tantas veces.
Saludos.
Hola, Irian,
Celebro que, ¡por fin! pueda leer en tiempo actual (más o menos) alguno de tus post.
Pues sí, estoy de acuerdo contigo en todo lo que comentas, y en cuanto a lo del título, pues más de lo mismo. A veces, al titular las pelis en castellano, se lucen, aunque en muchos países sucede lo mismo.
Un abrazo.
Travis (Iñaki)
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