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Intérpretes Principales: Fred MacMurray, Joan Weldon, John Ericson, Robert Middleton. Marie Windsor. Edgar Buchanan. Skip Homeier, Ann Doran. Lee Van Cleef.
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Argumento: En un pueblo, se está a punto de colgar a hombre que ha asesinado a un inocente en presencia de otras personas.
El veredicto ha sido de culpable, pero falta la última palabra del juez del lugar, un hombre pacífico pero inflexible en el ejercicio de su labor.
Está a punto de pedir en matrimonio a su novia desde hace seis años, pero le ha faltado tiempo por su trabajo. Lo que no sabe es que, por causa de sus muchos viajes, mientras él no estaba su novia se enamoraba del joven y apuesto sheriff del lugar.
El día que se ha de dictar definitiva sentencia, aparecen, poco a poco, los primos del reo, hombres de mala pinta y peores intenciones.
Poco a poco, y según se acerca la hora de la sentencia a muerte, van "visitando" a las buenas gentes del lugar, incluido el propio juez, para hacerles ver que, en realidad, su primo no merece ser ahorcado, sino solo desterrado, pues está arrepentidíssssssimo (y un cuerno, claro).
El juez desea colgarle pues así es la Ley, pero las buenas gentes de lugar son muy receptivas (por si las moscas y las balas de los malosos) al destierro.
Van dejando, uno a uno, solo al juez, quien tendrá que decidir sin prácticamente ayuda de nadie.
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Mi opinión: Western de serie B, aunque con buenos intérpretes, que solo (pero hace mella) hace aguas en la plana dirección de Harry Keller, que tuvo que irse a la televisión ya que en el cine no tuvo mucho éxito.
Le faltaba imaginación en la planificación de escenas, cosa que se verifica una vez más en este discreto pero entretenido film.
Está bien llevado en el sentido de que su narración es clásica y no se anda con muchos rodeos para contar una historia entre el bien y el mal (ni más ni menos).
Cuenta con una buena fotografía en color, con un uso, creo, que bueno del maravilloso Cinemascope de la época. Y digo "creo" por que una vez más, la cadena autonómica donde la vi, no respetó el espléndido formato, salvo en los minutos iniciales, mientras los títulos de crédito y el minuto final.
Una verdadera chapuza que, pese a que se ha mejorado, me temo seguirá per sécula seculorum.
Las escenas de acción, los tiroteos, están bien rodados y la actuación de los malos es buena, con un Lee Van Cleef que creo no dice ni dos palabras, pero acojona con su cara de mala leche, un Skip Homeier siempre sinuoso y traidor, y un excelente, como siempre, Robert Middleton, como el jefe de la cuadrilla, que trata de amedrentar a los demás antes que hacerles un agujero en el cuerpo. Y es que, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.
Por su parte, los mal llamados secundarios aportan su sabiduría interpretativa, algo esencial en las series Bs, como el gran Edgar Buchanan o las veteranas Marie Windsor (en el fotograma, con McMurray) o Ann Doran en el papel de la viuda del asesinado, estupenda en la escena en la que también claudica frente a los criminales.
Buen acompañamiento musical a cargo del prolífico director Joseph Gershenson.
Intérpretes Principales: Fred MacMurray, Joan Weldon, John Ericson, Robert Middleton. Marie Windsor. Edgar Buchanan. Skip Homeier, Ann Doran. Lee Van Cleef.
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Argumento: En un pueblo, se está a punto de colgar a hombre que ha asesinado a un inocente en presencia de otras personas.
El veredicto ha sido de culpable, pero falta la última palabra del juez del lugar, un hombre pacífico pero inflexible en el ejercicio de su labor.
Está a punto de pedir en matrimonio a su novia desde hace seis años, pero le ha faltado tiempo por su trabajo. Lo que no sabe es que, por causa de sus muchos viajes, mientras él no estaba su novia se enamoraba del joven y apuesto sheriff del lugar.
El día que se ha de dictar definitiva sentencia, aparecen, poco a poco, los primos del reo, hombres de mala pinta y peores intenciones.
Poco a poco, y según se acerca la hora de la sentencia a muerte, van "visitando" a las buenas gentes del lugar, incluido el propio juez, para hacerles ver que, en realidad, su primo no merece ser ahorcado, sino solo desterrado, pues está arrepentidíssssssimo (y un cuerno, claro).
El juez desea colgarle pues así es la Ley, pero las buenas gentes de lugar son muy receptivas (por si las moscas y las balas de los malosos) al destierro.
Van dejando, uno a uno, solo al juez, quien tendrá que decidir sin prácticamente ayuda de nadie.
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Mi opinión: Western de serie B, aunque con buenos intérpretes, que solo (pero hace mella) hace aguas en la plana dirección de Harry Keller, que tuvo que irse a la televisión ya que en el cine no tuvo mucho éxito.
Le faltaba imaginación en la planificación de escenas, cosa que se verifica una vez más en este discreto pero entretenido film.
Está bien llevado en el sentido de que su narración es clásica y no se anda con muchos rodeos para contar una historia entre el bien y el mal (ni más ni menos).
Cuenta con una buena fotografía en color, con un uso, creo, que bueno del maravilloso Cinemascope de la época. Y digo "creo" por que una vez más, la cadena autonómica donde la vi, no respetó el espléndido formato, salvo en los minutos iniciales, mientras los títulos de crédito y el minuto final.
Una verdadera chapuza que, pese a que se ha mejorado, me temo seguirá per sécula seculorum.
Las escenas de acción, los tiroteos, están bien rodados y la actuación de los malos es buena, con un Lee Van Cleef que creo no dice ni dos palabras, pero acojona con su cara de mala leche, un Skip Homeier siempre sinuoso y traidor, y un excelente, como siempre, Robert Middleton, como el jefe de la cuadrilla, que trata de amedrentar a los demás antes que hacerles un agujero en el cuerpo. Y es que, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.
Por su parte, los mal llamados secundarios aportan su sabiduría interpretativa, algo esencial en las series Bs, como el gran Edgar Buchanan o las veteranas Marie Windsor (en el fotograma, con McMurray) o Ann Doran en el papel de la viuda del asesinado, estupenda en la escena en la que también claudica frente a los criminales.
Buen acompañamiento musical a cargo del prolífico director Joseph Gershenson.
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