--- Argumento: Haditha (Irak), 19 de noviembre de 2005. Insurgentes iraquíes bombardean un convoy de marines estadounidenses y matan al oficial más apreciado por sus camaradas. Enfurecidos por esta pérdida, sus jóvenes compañeros llevan a cabo una brutal represalia. Sus violentos registros domiciliarios tienen como resultado la masacre de 24 personas, muchas de las cuales son mujeres y niños, víctimas trágicas de una guerra que son incapaces de controlar. También los marines son víctimas: son atacados, heridos y obligados a responder de la forma que les han enseñado. Pero, cuando los hechos se suceden a gran velocidad y en circunstancias de estrés extremo, ¿se puede acusar de asesinato a los marines que se encuentran en la línea de fuego? --- Mi opinión: Interesante film de Nick Broomfield, que merece la pena ver, por encima de todo, por su innegable valor documental, sobre un hecho verídico, tristemente recordado y que todavía colea, dadas las similitudes entre este hecho narrado y muchos otros que se vienen repitiendo en la guerra de Irak, desde noviembre de 2005 hasta el día de hoy.
Tiene pues, el valor de lo actual, pues todavía el ser humano no ha aprendido a valorar la vida humana, ni a poder frenar la barbarie que anida en los corazones de las personas, al menos en situaciones determinadas de strés emocional, o superadas por las más diversar circunstancias donde la moral, ética u otras connotaciones emocionales positivas, se merman ante la violencia que se palpa e incluso se vive en el ambiente.
Sin embargo, y más allá de todo esto, que repito no se le puede negar, asistimos, en líneas generales a un film de no muchas virtudes estrictamente cinematográficas.
La técnica empleada en muchas escenas, la cámara al hombro, pretende dotar a la cinta de un sello documental, para hacer todo más creíble, más realista. No digo que no lo consiga, pero no hay una buena puesta en escena y el guión adolece de profundidad, siendo todo demasiado evidente.
Los intérpretes, verdaderos marines que lucharon en Irak, lo hacen bastante bien, sobre todo el que interpreta al simpar cabo Ramírez. Pero dada su, al menos, complejidad moral y psicológica, hubiera sido mejor que lo llevase a cabo un actor profesional, como se ve en la escena en la que, por fin, habla mal de la guerra, de sus superiores...un poco tarde para lo que se ve que hace y ordena hacer a los hombres que tiene a su mando. ¿Héroe, asesino? Se hace esta pregunta en la película. Puede llevar intentar reponder esta pregunta a un dilema, a una polémica, pero como se ve muy bien en la hermosa secuencia final, el hombre, como ser individual, dotado de racionamiento, es el último responsable de lo que realiza. Casi siempre tiene la puerta abierta a actuar de un modo u otro.
Existen algunas buenas escenas de acción, como el momento clave de la explosión del vehículo de los marines y la inmediata respuesta de estos, pero también otros que no se comprenden muy bien, quedado bastante falsos, como cuando el susodicho cabo Ramírez le tiende la mano a una mujer a quien, por su responsabilidad, le acaba de convertir en viuda.
En fin, que muy bien y loable la pretensión de denuncia de unos hechos vergonzosos, que ojalá no se repitieran nunca, pero no es una buena película, es muy mejorable, en todos los aspectos y dejó en el día de ayer bastante indiferente a la crítica. No sé si al gran público le convenció, pero no debería.
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