El actor estadounidense de origen español (en algunos medios se ha dicho y repetido que el origen era portorriqueño...) Mel Ferrer (nacido Melchor Gastón Ferrer), falleció a la edad de 90 años (le faltaban apenas dos meses para cumplir los 91), en su rancho de California el pasado lunes 2 de junio del presente año 2008.
Había nacido el 25 de agosto de 1917 en Eiberon, Nueva Jersey (EE.UU), y comenzó a trabajar como actor aficionado mientras hacía otras cosas, como escribir libros infantiles.
A finales de los años treinta debutó en Broadway como bailarín, pero de pronto contrajo la polio, cruel enfermedad que le obligó a alejarse de la interpretación, dedicándose a pinchar discos en la radio, amén de ser en dicho medio guionista y director.
Su primer contacto con el cine fue a lo grande, dirigiendo “The Girl of the Limberlost”, film desconocido para mí.
Fue en 1945 cuando trabajó de ayudante de director con nada menos que el maestro Ford, John Ford, en la estupenda “El fugitivo”, donde también trabajó, sin acreditar, como actor.
En los años cincuenta encadenó varios éxitos, en inolvidables films de aventuras como “Scaramouche” y/o “Los caballeros del rey Arturo”, donde interpretaba al monarca.
Su mejor papel, no obstante, lo obtuvo con la exquisita y sensible “Lilí”, donde hacía una romántica pareja con Leslie Caron. Un film exitoso, ganador de un buen número de premios internacionales.
Conoció a la célebre y elegante Audrey Hepburn, enamorándose ambos y casándose. Fueron matrimonio durante catorce años y juntos interpretaron varios films, uno de ellos dirigido por el propio Mel: “Mansiones Verdes”.
En los años setenta no tuvo problema alguno para trabajar asiduamente en Europa, principalmente en Italia y España (“El señor de la Salle”, por ejemplo”.
En sus últimos años de intérprete trabajó en la televisión, por ejemplo en la popular “Falcon Crest”, de grato recuerdo, no por sus virtudes televisivas sino por razones personales (dejémoslo ahí).
Descanse en paz Mel Ferrer, que aportó lo suyo para forjar mi amor por el Séptimo Arte.
Hasta la fecha he visto 22 films con Mel Ferrer de actor (de los cuales, de los diez primeros interpretados en orden cronológico hago mención) en mi página web pelisignaciobilbao. Y escojo precisamente el primero como intérprete acreditado “Lost Boundaires” (“El color de la sangre”). Un excelente y positivo film que me dejó marcado.
Había nacido el 25 de agosto de 1917 en Eiberon, Nueva Jersey (EE.UU), y comenzó a trabajar como actor aficionado mientras hacía otras cosas, como escribir libros infantiles.
A finales de los años treinta debutó en Broadway como bailarín, pero de pronto contrajo la polio, cruel enfermedad que le obligó a alejarse de la interpretación, dedicándose a pinchar discos en la radio, amén de ser en dicho medio guionista y director.
Su primer contacto con el cine fue a lo grande, dirigiendo “The Girl of the Limberlost”, film desconocido para mí.
Fue en 1945 cuando trabajó de ayudante de director con nada menos que el maestro Ford, John Ford, en la estupenda “El fugitivo”, donde también trabajó, sin acreditar, como actor.
En los años cincuenta encadenó varios éxitos, en inolvidables films de aventuras como “Scaramouche” y/o “Los caballeros del rey Arturo”, donde interpretaba al monarca.
Su mejor papel, no obstante, lo obtuvo con la exquisita y sensible “Lilí”, donde hacía una romántica pareja con Leslie Caron. Un film exitoso, ganador de un buen número de premios internacionales.
Conoció a la célebre y elegante Audrey Hepburn, enamorándose ambos y casándose. Fueron matrimonio durante catorce años y juntos interpretaron varios films, uno de ellos dirigido por el propio Mel: “Mansiones Verdes”.
En los años setenta no tuvo problema alguno para trabajar asiduamente en Europa, principalmente en Italia y España (“El señor de la Salle”, por ejemplo”.
En sus últimos años de intérprete trabajó en la televisión, por ejemplo en la popular “Falcon Crest”, de grato recuerdo, no por sus virtudes televisivas sino por razones personales (dejémoslo ahí).
Descanse en paz Mel Ferrer, que aportó lo suyo para forjar mi amor por el Séptimo Arte.
Hasta la fecha he visto 22 films con Mel Ferrer de actor (de los cuales, de los diez primeros interpretados en orden cronológico hago mención) en mi página web pelisignaciobilbao. Y escojo precisamente el primero como intérprete acreditado “Lost Boundaires” (“El color de la sangre”). Un excelente y positivo film que me dejó marcado.
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Director: Alfred L. Werker
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Intérpretes Principales: Mel Ferrer, Beatrice Pearson, Susan Douglas, Robert H. Dunn, Richard Hylton, William Greaves.
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Argumento: Un hombre aparentemente blanco, recién licenciado como doctor en medicina, se casa con una joven también aparentemente blanca.
Sin embargo ambos son de raza negra. Tienen sangre negra. Por ello, al buscar trabajo como médico y decir que es de raza negra, es rechazado una y otra vez.
Por esta razón decide mentir y decir que es blanco. Pasará por blanco durante un año.
Es aceptado en una pequeña, pero amable comunidad, convirtiéndose en un hombre de pro. Tienen dos hijos, niño y niña.
Pasan los años y nadie, ni sus hijos, saben la verdad.
Sin embargo ambos son de raza negra. Tienen sangre negra. Por ello, al buscar trabajo como médico y decir que es de raza negra, es rechazado una y otra vez.
Por esta razón decide mentir y decir que es blanco. Pasará por blanco durante un año.
Es aceptado en una pequeña, pero amable comunidad, convirtiéndose en un hombre de pro. Tienen dos hijos, niño y niña.
Pasan los años y nadie, ni sus hijos, saben la verdad.
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Mi opinión: Interesante, y sobre todo honesta película, adaptación de la excelente obra literaria de Eugene Ling, autor también del guión y ganador en este apartado junto a Virginia Shaler del premio en este apartado en el Festival de Cannes del año 1949.
Vista hoy en día, casi cincuenta años después (la vi en el año 98), resulta indignante y hasta ridículo ver lo cerriles y estúpidos que pueden ser los seres humanos.
El racismo es tratado en esta historia con firmeza y hasta dureza, aunque sea contenida.
Lo peor es que se trata de una historia verdadera, lo que "encabrona" aún más.
Bien dirigida por Alfred L. Werker, estimable realizador que consiguió algunos excelentes trabajos en el thriller y en el western, principalmente, e interpretada de forma entregada por Mel Ferrer, sin duda en quizás la mejor interpretación de su carrera, una carrera muy desigual que fue de más a menos), este film debe servir de ejemplo de cómo la sinrazón humana puede muchas veces vencer a la fácil tolerancia y respeto hacia el ser humano, cualquier que este sea, y perteneciente a cualquier raza.
Vista hoy en día, casi cincuenta años después (la vi en el año 98), resulta indignante y hasta ridículo ver lo cerriles y estúpidos que pueden ser los seres humanos.
El racismo es tratado en esta historia con firmeza y hasta dureza, aunque sea contenida.
Lo peor es que se trata de una historia verdadera, lo que "encabrona" aún más.
Bien dirigida por Alfred L. Werker, estimable realizador que consiguió algunos excelentes trabajos en el thriller y en el western, principalmente, e interpretada de forma entregada por Mel Ferrer, sin duda en quizás la mejor interpretación de su carrera, una carrera muy desigual que fue de más a menos), este film debe servir de ejemplo de cómo la sinrazón humana puede muchas veces vencer a la fácil tolerancia y respeto hacia el ser humano, cualquier que este sea, y perteneciente a cualquier raza.
Llena de interesantes escenas, hay una que queda en el recuerdo del espectador una vez vista, y el el momento en el que el hijo es informado de su verdadera raza. Su rostro incrédulo, buscando ayuda, es patético y desolador, y el actor que lo interpreta refleja como pocas veces el sentimiento de pérdida vital, de profunda soledad y desarraigo.
Una gran pequeña película que repito, vista hoy en día, consigue enervar al respetable al mostrarnos comportamientos que en la época en la que fue rodada eran "normales", y que, por desgracia, todavía hoy en día no se ha logrado superar del todo.
Una gran pequeña película que repito, vista hoy en día, consigue enervar al respetable al mostrarnos comportamientos que en la época en la que fue rodada eran "normales", y que, por desgracia, todavía hoy en día no se ha logrado superar del todo.
2 comentarios:
Descanse en Paz, Mel Ferrer, amigo de España
Hola an�nimo,
Pues lo mismo digo, amigo. Descanse en paz.
Siempre le recordaremos. A �l y a su trabajo en el cine.
Un abrazo.
Travis (I�aki)
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