Director: Stuart Walker---
Intérpretes Principales: Henry Hull. Warner Oland. Valerie Hobson. Lester Matthews. Lawrence Grant. Spring Byington.
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Argumento: El Dr. Glendon está en el Tíbet tratando de encontrar una rarísima flor que dicen florece sólo con la luz natural de la luna llena. Cuando por fin la encuentra, es atacado por un ser extraño, que le muerde un brazo.
Ya en Londres, prosigue sus investigaciones y ha logrado tras mucho trabajo hacer florecer varias flores con la luz artificial.
Un día le salen pelos en los brazos y manos y se inyecta el néctar de la flor, desapareciendo la transformación.
Un extraño colega le explica que en realidad es un hombre lobo que poco a poco se irá transformando más y más, teniendo que asesinar a un ser humano por cada noche de luna llena que salga.
El Dr. Glendon intentará por todos los medios que ello no ocurra, pues si fuera así, llegaría a atacar a su bella esposa.
Ya en Londres, prosigue sus investigaciones y ha logrado tras mucho trabajo hacer florecer varias flores con la luz artificial.
Un día le salen pelos en los brazos y manos y se inyecta el néctar de la flor, desapareciendo la transformación.
Un extraño colega le explica que en realidad es un hombre lobo que poco a poco se irá transformando más y más, teniendo que asesinar a un ser humano por cada noche de luna llena que salga.
El Dr. Glendon intentará por todos los medios que ello no ocurra, pues si fuera así, llegaría a atacar a su bella esposa.
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Mi opinión: Buena película dirigida por Stuart Walker sobre el hombre-lobo y una de las mejores de la historia del cine, que significó la primera incursión de la Universal con este "simpático" personaje..
De acuerdo que sus efectos especiales nos aparecen en pantalla como algo rudimentarios, pero estamos hablando del año 35, y para aquella época no estaban nada mal.
De acuerdo que sus efectos especiales nos aparecen en pantalla como algo rudimentarios, pero estamos hablando del año 35, y para aquella época no estaban nada mal.
Excelente fotografía en blanco y negro y una historia donde el horror y el romanticismo se dan la mano de forma consistente.
No se trata de una obra maestra, pero sí es mejor que casi todas las que se hicieron en años venideros y posee un clímax in-crescendo gracias a muchos pequeños detalles y a unas estimables interpretaciones, donde sobresalen el protagonista Henry Hull y la siempre brillante Valerie Hobson.
Merece la pena y deja un gran recuerdo a pesar de su corta duración (no llega a ochenta minutos).
No se trata de una obra maestra, pero sí es mejor que casi todas las que se hicieron en años venideros y posee un clímax in-crescendo gracias a muchos pequeños detalles y a unas estimables interpretaciones, donde sobresalen el protagonista Henry Hull y la siempre brillante Valerie Hobson.
Merece la pena y deja un gran recuerdo a pesar de su corta duración (no llega a ochenta minutos).
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