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Intérpretes Principales: Anthony Quinn, Alain Delon, George Segal. Michèle Morgan. Maurice Ronet, Claudia Cardinale.
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Argumento: Tras la humillante derrota que provoca la retirada de Indochina del ejército francés, el teniente coronel Raspeguy se entera de que ha sido destituido. Sin embargo, encuentra una segunda oportunidad cuando se enamora de una condesa francesa, quien le consigue un nuevo destino en Argelia.
Allí, el teniente Raspeguy convence a dos antiguos compañeros de batallón para que ingresen en su unidad, que terminará luchando contra un terrorista árabe que quiere expulsar a los franceses de Argelia.
Allí, el teniente Raspeguy convence a dos antiguos compañeros de batallón para que ingresen en su unidad, que terminará luchando contra un terrorista árabe que quiere expulsar a los franceses de Argelia.
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Mi opinión: Exraña película bélica, no por que no se entienda su narración, que no puede ser más convencional y simplona, hecho este negativo siendo el realizador Mark Robson, no olvidemos autor de un buen número de célebres y estimables films.
No, lo que sucede es que su "mensaje", su espíritu, no puede ser más ambigüo, y si no lo es en realidad, es que no está bien aclarado por sus autores.
Hablando en términos técnicos y de entretenimiento, es normalita, aunque la música del gran Frank Waxman es potente y tiene altura dramática, pero el resto está muy visto en esto del cine bélico, aunque esta vez, repito, no quede demasiado claro a qué carta se quedan los que han llevado a la pantalla la novela "Los centuriones", de Jean Lartéguy. Aunque quizás sí que los estadounidenses tomen partido sobre el conflicto argelino-francés viendo el final del film, un final donde, creo, las simpatías hacia uno de los bandos queda bien definido. Pero viendo la totalidad del film, repito que no queda demasiado claro, a veces.
No, lo que sucede es que su "mensaje", su espíritu, no puede ser más ambigüo, y si no lo es en realidad, es que no está bien aclarado por sus autores.
Hablando en términos técnicos y de entretenimiento, es normalita, aunque la música del gran Frank Waxman es potente y tiene altura dramática, pero el resto está muy visto en esto del cine bélico, aunque esta vez, repito, no quede demasiado claro a qué carta se quedan los que han llevado a la pantalla la novela "Los centuriones", de Jean Lartéguy. Aunque quizás sí que los estadounidenses tomen partido sobre el conflicto argelino-francés viendo el final del film, un final donde, creo, las simpatías hacia uno de los bandos queda bien definido. Pero viendo la totalidad del film, repito que no queda demasiado claro, a veces.
El hecho es que se hace hincapié (supongo que en la novela también) que por muchas fechorías que se hagan en la guerra, como al final dichas perrerías (matanzas de ciudadadanos inocentes a manos de soldados armados hasta los dientes...), tengan un bagaje de victoria bélica....pues bien está lo que bien acaba. Es decir, quedan justificados dichos actos claramente delictivos, y hasta puede que se celebren y premien desde las altas esferas político/militares.
Esto, si llega a esta bien filmado, con fuerza y determinación, quedaría estupendamente en la pantalla. Pero no, Mark Robson dirige con desgana (ya tenía sus años aunque más tarde haría todavía algunas mejores cintas), y no pone toda la carne en el asador, conformándose con hacer un film resultón y movidito, con escenas bélicas, que francamente no son un dechado de perfección.
Al final la peli defrauda, aunque no aburra hasta las ovejas. Pero había buen material, claramente malogrado.
Los actores se limitan a encarnar sus personajes con profesionalidad, aunque el de Maurice Ronet tiene su miga, como un muy buen profesional de la guerra, un soldado casi casi psicópata, pero cuyas acciones tristemente dan resultados positivos.
Como curiosidad, fue rodada en Manzanares El Real, Madrid (España), de ahí la presencia siempre grata de intérpretes españoles (Aldo Sambrrel, Manuel de Blas, Héctor Qurroga...).
Esto, si llega a esta bien filmado, con fuerza y determinación, quedaría estupendamente en la pantalla. Pero no, Mark Robson dirige con desgana (ya tenía sus años aunque más tarde haría todavía algunas mejores cintas), y no pone toda la carne en el asador, conformándose con hacer un film resultón y movidito, con escenas bélicas, que francamente no son un dechado de perfección.
Al final la peli defrauda, aunque no aburra hasta las ovejas. Pero había buen material, claramente malogrado.
Los actores se limitan a encarnar sus personajes con profesionalidad, aunque el de Maurice Ronet tiene su miga, como un muy buen profesional de la guerra, un soldado casi casi psicópata, pero cuyas acciones tristemente dan resultados positivos.
Como curiosidad, fue rodada en Manzanares El Real, Madrid (España), de ahí la presencia siempre grata de intérpretes españoles (Aldo Sambrrel, Manuel de Blas, Héctor Qurroga...).
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