BIENVENIDOS A COLLINWOOD (Welcome to Collinwood) (USA, 2002) Comedia. Media: 6

Directores: Anthony y Joe Russo
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Intérpretes Principales: Luis Guzmán, Michael Jeter, Patricia Clarkson, Andrew Davoli, Isaiah Washington, William H. Macy, Sam Rockwell, George Clooney.
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Argumento: Todos los ladronzuelos de poca monta del nada recomendable barrio de Collinwood, en Cleveland, sueñan con el crimen perfecto. En el "dialecto" local le llaman un "Bellini", un trabajo con un botín tan jugoso, pero a la vez tan fácil de ejecutar, que hasta el más grande de los ineptos con la información adecuada podría llevarlo a cabo.
Cosimo, el "cerebro" de la operación, sólo necesita un hombre de paja, alguien que necesite tanto los 5,000 que está dispuesto a ofrecer, que no dude en pasar de uno a tres años en la cárcel por el delito por el que se ha de juzgar a Cosimo.
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Mi opinión: Simpatiquilla comedia que, al parecer, es un homenaje a la gran "Rufufú", italiana.
Si es así, se agradece por lo cinéfilo de la propuesta, pero si no, lo cierto es que bien se podían haber evitado este graciosillo desaguisado.
Sí, por que, ciertamente, aunque comienza bien, con unos primeros veinte minutos donde se nos presentan los diversos personajes, minutos estimables y algo divertidos, más tarde se pasa a una serie de gracietas bastante ramplonas y algo absurdas.

El mundo de los perdedores se puede retratar bajo diversos puntos de vista, pero nunca deben dar no pena, si no indiferencia, que es lo que, al final ocurre aquí.
Esto es debido al guión, que no está pulido y se conforma con gags visuales de escasa solvencia, como la caída de los calzoncillos de uno de los ladrones cuando está suspendido, o los diversos golpes que se da a lo largo de la cinta el bueno de William H. Macy.
Menos mal que todo se puede digerir mal que bien, gracias a los buenos intérpretes, que tratan de sacar adelante sus más bien estúpidos personajes. Y algunos lo consiguen, como el siempre excelene Luiz Guzmán, o la estupenda Patricia Clarkson.
Pero en líneas generales, la película no tiene mucha gracia que digamos y solo algunos momentos son acertados.
Es más bien triste, lo que no casa con lo que, me temo, pretendía.