IN GOOD COMPANY (Algo más que un jefe) (USA, 2004) Comedia. Media: 6

Director: Paul Weitz
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Intérpretes Principales: Dennis Quaid, Topher Grace. Scarlett Johansson. Marg Helgenberger. David Paymer. Clark Gregg.
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Argumento: Una exitosa empresa de publicidad es absorbida por un emporio, tras lo cual todo se debe reorganizar.
Así, aparece de improviso un nuevo jefe, un chaval de 26 años, dispuesto a comerse el mundo.
Para comenzar, tendrá que ir despidiendo a buenos trabajadores, con el fin de sanear la empresa, es decir, de ganar mucho más dinero.
Chocará frontalmente con el jefe de publicidad, un buen hombre de 52 años, a punto de ser padre de nuevo, y que cree firmemente en la fidelidad a sus jefes y clientes.
No podrán ser los dos más antagónicos, pero el reciente divorcio del chico, hará que se sienta muy solo y buscará el calor y afecto de la familia de su ahora adjunto.
Se enamorará de la hija mayor, e iniciarán una relación sentimental a espaldas del padre.
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Mi opinión: Entretenida comedia, con algunos apuntes presuntamente dramáticos, pero sin llegar a las lágrimas y sufrimiento humano.
Está bien llevada y goza de excelentes interpretaciones, sobre todo de Dennis Quaid, en un papel a su medida y que parece necesitaba tras algunos años en tierra de nadie.
La historia se sigue sin problemas y el ritmo es el adecuado. No obstante, al final se le puede tildar de blando, pues no se atreve, quizás porque ese no es el espíritu del film, a llegar más lejos en sus propuestas y en sus posibilidades dramáticas.
No en vano se tocan temas verdaderamente duros, como el paro, los tejemanejes de los grandes emporios, dispuestos a devorar pequeñas empresas con tal de conseguir más beneficios aunque eso signifique el despido fulminante de "los peones", gente con familia y que han trabajado duro toda su vida. Y ahora, por esas desconocidas leyes de la macroeconomía, ¡zás, a la calle!.

Pero no, aunque todo esto se toca, la sangre no llega al río y estos problemas se contemplan bajo el género de la comedia. Una comedia llevadera, que hace pasar bien el rato, pero no se atreve o no quiere profundizar, por lo que nunca pasa de la superficialidad.
Hay buenos diálogos, algunas inteligentes réplicas y el aspecto técnico es bueno. Preciosa fotografía, bonitas canciones, y una elegancia formal con impecable decoración de interiores.
Lo que le falla o no llega a convencer es lo dicho, que el guión no es más valiente (los guionistas o productor, vaya) y solo se atisba lo que podría haber sido pero no es al renunciar a escarbar en una lacra de nuestro tiempo.
Con todo, es amena, no aburre en absoluto y deja un aceptable sabor de boca, sobre todo porque su final (sus últimos cinco minutos) es creíble y se aleja de lo trillado en este tipo de filmes.