

Michael Sheen, en una estupenda interpretación, consigue que aunque veamos los innumerables defectos de su personaje, sintamos por él la misma admiración. Sombras y luces de una persona que se metió al tobogán de su peculiar mundo, saliendo escaldado y victorioso según fueran las circunstancias.
La dirección de Tom Hooper es bastante convencional y por ello la cinta no destaca demasiado. Además hay ciertos tópicos como los de la amistad entre el protagonista y su fiel (hasta que se le hinchan los cojones) segundo Peter Taylor. Pero sí consigue que con una admirable y perfecta ambientación nos metamos en una época futbolística irrepetible, donde el dinero comenzaba a causar estragos a lo que hasta esos momentos era tan sólo un deporte.
Drama y humor en una cinta muy amena que se ve fácilmente y hace pasar un buen rato.
No obstante, repito, podría haber sido mejor si la realización hubiera sido más rica en profundidad. Pero hubiera sido otra película, claro.
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