Director: Jonathan English
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Intérpretes Principales: James Purefoy, Brian Cox, Kate Mara, Paul Giamatti, Charles Dance, Jason Flemyng, Aneurin Barnard, Bree Condon, Mackenzie Crook, Jamie Foreman, Derek Jacobi.
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Argumento: Corre el año 1215.
El rey Juan I de Inglaterra se ha visto obligado a firmar la Carta Magna.
Furioso, recluta un despiadado ejército de mercenarios que empieza a arrasar el país para restaurar la monarquía absoluta. Tan solo un grupo de caballeros reunidos por el barón Abany y atrincherados en el castillo de Rochester se interpone entre él y la victoria. Junto a ellos, Marshall, un caballero templario atormentado por la culpa ante las atrocidades que cometió durante las cruzadas, y unos mercenarios entre los que se encuentran Beckett y el joven Guy.
En medio de la batalla, Marshall deberá lidiar además con sus florecientes sentimientos hacia Isabel, la hermosa señora del castillo y esposa de Reginald de Cornhill.
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Mi opinión: Tildada por la crítica "especializada" como un film mediocre, que causa la risa de forma no intencionada y con "decorados de cartón piedra", se trata no obstante, de un film francamente entreenido, muy muy violento (simplemente por esto ya perdió puntos de antemano frente a sesusos escritores sobre cine", y con gran ritmo, intenso y febril.
También los intérpretes hacen un esfuezo, sobre todo físico, no en vano deben llevar vestimentas y armas de gran peso.
Se alimenta, por supuesto, de grandes obras como "Los siete magníficos" y/o "12 del patíbulo", pero Jonathan English logra dotarla de un universo propio, donde la crueldad y el romanticismo están unidos en sangrienta comunión.
Uno/a se lo pasa bien, a no ser que la violencia, exacerbada y sádica en ocasiones, sea rechazada de plano de entrada por el espectador. Pero si se aceptan sus propuestas, consigue distraer de lo lindo.
Se alimenta, por supuesto, de grandes obras como "Los siete magníficos" y/o "12 del patíbulo", pero Jonathan English logra dotarla de un universo propio, donde la crueldad y el romanticismo están unidos en sangrienta comunión.
Uno/a se lo pasa bien, a no ser que la violencia, exacerbada y sádica en ocasiones, sea rechazada de plano de entrada por el espectador. Pero si se aceptan sus propuestas, consigue distraer de lo lindo.
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