Director: Atom Egoyan
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Intérpretes Principales: Reese Witherspoon, Colin Firth, Mireille Enos, Kevin Durand, Alessandro Nivola, Amy Ryan, Kris Polaha, Collette Wolfe, Dane DeHaan, Kristopher Higgins, Judd Lormand, Bruce Greenwood, Stephen Moyer, Elias Koteas.
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Argumento: Cuando tres niños de 8 años son brutalmente asesinados en un barrio de Memphis en 1993, las autoridades locales se ven sometidas a una gran presión popular para dar rápidamente con los culpables.
Una serie de pruebas circunstanciales unidas a las habladurías de la gente del lugar dan pie a una auténtica caza de brujas contra tres muchachos que han estado tonteando con el satanismo y que visten al estilo gótico.
Una serie de pruebas circunstanciales unidas a las habladurías de la gente del lugar dan pie a una auténtica caza de brujas contra tres muchachos que han estado tonteando con el satanismo y que visten al estilo gótico.
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Mi opinión: Francamente mediocre película del maestro Atom Egoyan, que aquí no tiene ni pizca de personalidad, como no sea el ritmo impuesto y la forma de narrar una historia que requería un mayor pulso dramático.
Aquí se limitar a filmar sin ningún alarde de originalidad ni chispa ni intensidad, una historia que requería un mayor pulso, una mayor firmeza, que hiciera que el espectador se removiera en la butaca ante la cruda, dura, dolorosa historia.
Bastante aburrida además, no logra conectar con el corazónde quien la ve, dejándoleun amargo sabor de boca ante la frialdad expuesta.
No convenció en ninguna faceta, ni siquiera los intérpretes, muy buenos de por sí, logran transmitir la más mínima pulsión interior ante lo vivido en pantalla.
Aquí se limitar a filmar sin ningún alarde de originalidad ni chispa ni intensidad, una historia que requería un mayor pulso, una mayor firmeza, que hiciera que el espectador se removiera en la butaca ante la cruda, dura, dolorosa historia.
Bastante aburrida además, no logra conectar con el corazónde quien la ve, dejándoleun amargo sabor de boca ante la frialdad expuesta.
No convenció en ninguna faceta, ni siquiera los intérpretes, muy buenos de por sí, logran transmitir la más mínima pulsión interior ante lo vivido en pantalla.
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