Directora: Lucille Hadzihailovic
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Intérpretes Principales: Max Brebant, Roxane Duran, Julie-Marie Parmentier.
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Argumento: Nicolas tiene diez años y vive con su madre en una isla remota, en un pueblo habitado exclusivamente por mujeres y niños.
En un hospital junto al océano, todos los niños están sujetos a un misterioso tratamiento médico.
Nicolas es el único que cuestiona lo que está ocurriendo a su alrededor. Siente que su madre le está mintiendo, y está dispuesto a averiguar la verdad…
Lo que descubre es el comienzo de una pesadilla a la que se ve irremediablemente arrastrado.
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Mi opinión: Rodada en Lanzarote, con una buena fotografía a cargo de Manu Dacosse, esta coproducción entre Francia, Bélgica y España nos narra una historia que no sé bien cómo calificarla. ¿De anticipación? Espero que no. ¿De ciencia ficción? ¿De horror? ¿Es del género fantástico? Pues más bien sí...o no, quién sabe.
Lo que sí sé es que no me ha convencido, en parte porque me resulta muy difícil saber qué ha querido decirnos la buena de Lucille Hadzihailovic con esta inclasificable película.
Es interesante, más que nada porque el espectador se queda atónito ante lo que va viendo, sobre todo cuando se sabe de qué (aunque no porqué) va todo.
Lo mejor a mi entender es el final, un buen final donde la ternura y sentimientos humanos por fin aparecen. El resto es momentos indefinidos, intrigantes, eso sí, pero sin fuerza ni intensidad dramática.
Una película valiente en cuanto a querer filmar esta historia, que seguro tendrá sus defensores. No estoy entre ellos aunque no la rechazo.
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