Director: Martin Zandvliet
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Intérpretes Principales: Roland Møller, Louis Hofmann, Mikkel Boe Følsgaard, Laura Bro, Joel Basman, Oskar Bökelmann, Emil Buschow, Oskar Buschow, Leon Seidel, Karl Alexander Seidel, Maximilian Beck, August Carter.
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Argumento: La guerra no acaba cuando se firma la paz.
Cuando Alemania se rindió en 1945, en la costa occidental danesa comenzó otra dura batalla: la de los jóvenes soldados alemanes que fueron obligados a retirar miles de minas plantadas en la arena por el ejército nazi.
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Mi comentario: Como se lee en la publicidad del film, Martin Zandvliet, el realizador, muestra el maltrato infligido a esos prisioneros, un oscuro episodio de posguerra poco conocido.
Y, en efecto, esta historia, quizás por el deseo de ser olvidada cuanto antes por mostrar la brutalidad, no ya de la guerra, sino de la post-guerra inmediatamente posterior a su finalización, con el bando de los vencedores deshumanizándose con soldados del bando alemán (que les invadieron, sí), y que poblaron gran parte de la costa con miles de minas.
Es por ello, que el ejército danés consideró que debían ser ellos, los alemanes, quienes las pusieron allí, debían ser los que las inutilizaran y quitaran de ahí.
Lo que ocurrió, claro, es que casi la mitad de los dos mil soldados alemanes que realizaron tal labor, murieron o fueron muy gravemente heridos por realizar tal menester.
Todo ello se refleja de forma directa, siempre entretenida y muy interesante y en ciertas escenas, verdaderamente emotiva, con el suspense sobrecogedor en todo momento, dejando, felizmente, salvo en su primera víctima, fuera de campo los estragos de las explosiones.
Las interpretaciones son excelentes, y los personajes están muy bien definidos, con una cada vez más humanizada evolución de su protagonista, un durísimo sargento danés que poco a poco va considerando a los chavales alemanes como lo que son, unos críos en medio de un mundo desolado, deshumanizado, cruel y vengativo.
Soberbia fotografía de Camilla Hjelm y una banda sonora agradable aunque ciertamente repetitiva.
En definitiva, que está bastante bien y deja un muy buen sabor de boca por más dura y triste que sea (aunque también esperanzadora).
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