Director: Robin Campillo
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Intérpretes Principales: Nahuel Pérez Biscayart, Adèle Haenel, Yves Heck, Arnaud Valois, Emmanuel Ménard, Antoine Reinartz, François Rabette.
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Argumento: París, principios de los años 90. Un grupo de jóvenes activistas intenta generar conciencia sobre el SIDA.
Un nuevo miembro del grupo, Nathan, se quedará sorprendido ante la radicalidad y energía de Sean, que gasta su último aliento en la lucha.
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Mi comentario: Drama social donde Robin Campillo, el realizador, junto con Philippe Mangeot como co-guionista, narra, con personajes inventados pero basados en personaje reales, su propia lucha, cuando a principios de los años 90, en París, formó parte de un grupo que intentó, utilizando diversos métodos, concienciar a la sociedad y sus altos estamentos socio-político-farmacéuticos, sobre el gravísimo problema del SIDA, que ya se había convertido en toda una terrible y trágica plaga causando cientos de muertos y miles de enfermos, muchos de los cuales irían falleciendo en años posteriores.
La narración de la película es clara y existen buenas escenas, casi todos ellas intimistas, como la relación de amor y cariño entre los dos protagonistas.
De todas formas tiene como su punto débil, o al menos así me lo ha parecido a mí, su muy larga duración, 143 minutos, para contar una historia que se podría haber recortado en veinte o así, por lo menos. Habría sido más ligera.
Y es que hay muchos diálogos asamblearios, interesantes de por sí, pero que cinematográficamente lastran el ritmo, que debería haber sido más fluido.
Con todo, se sigue bien y no aburre nunca, gracias a la buena realización de Campillo y sobre todo a las estupendas, sentidas y creíbles interpretaciones de todo/as y cada uno/o de lo/a intérpretes.
Buena banda sonora, exquisita fotografía, la cinta ya ha sido galardonada con muy importantes premios internacionales, como los de Mejor Película Extranjera, en Nueva York y Los Ángeles.
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