Director: Thomas Liti
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Intérpretes Principales: Vincent Lacoste, Reda Kateb (1, 2, 3, 4), Félix Moati, Jacques Gamblin (1), Marianne Denicourt, Carole Franck, Philippe Rebbot.
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Argumento: En un hospital de París, un joven se convierte en médico residente del ala gestionada por su padre.
Le espera un arduo camino pues día a día se encontrará con situaciones que no siempre será capaz de resolver sólo y con acierto.
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Mi comentario: Buena y muy interesante película francesa, que aborda el día a día de unos médicos residentes, junto a sus compañeros enfermera/os, personal de limpieza y de reanimación, amén del resto de empleados que hacen que un hospital funcione.
Muy bien interpretada y dirigida, con estimables diálogos y un ritmo in-crescendo, contiene excelentes escenas como todo lo que concierne a la paciente que ya no tiene remedio y que sólo tendría que estar en el hospital, lo más tranquila posible, en espera de la mejor muerte posible. Sin embargo, las normas dictaminan que se debe hacer todo lo posible para mantenerla con vida, sometiéndola a cuidados de reanimación y/o imposición de sonda, creándole un evitable y doloroso malestar continuo.
El cómo abordan la situación los dos médicos protagonistas, bien diferentes entre sí pero que acaban entendiéndose y ayudándose, es lo mejor de un film que sólo tiene, en mi opinión, un defecto, y es su finalización. Creo sinceramente que es un final acomodaticio, poco creíble, que busca la empatía para con el espectador, alejándose del realismo que hasta ese momento había imperado durante el resto del metraje.
Eso no menoscaba la intensidad, amenidad e interés de la cinta en su conjunto, pues contiene mucha verdad e invita a la reflexión y posterior fórum.
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