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Intérpretes Principales: Mickey Spillane, Shirley Eaton (1, 2, 3), Scott Peters, Guy Kingsley Poynter, James Dyrenforth, Charles Farrell, Kim Tracy, Hy Gardner, Lloyd Nolan (1, 2), Benny Lee.
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Argumento: Desde la desaparición de su secretaria, el detective Mike Hammer no ha hecho más que beber; pero, de repente, encuentra una pista que parece indicar que ella aún sigue con vida.
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Mi comentario:
"-¿Sabes en lo que te estás metiendo?
- Sí, ya me han disparado.
- Pero nunca has estado muerto."
Algo descafeinada película con el personaje del detective privado Mike Hammer, que tantos buenos ratos nos ha hecho pasar leyendo las novelas con él de protagonista, escritas por Mickey Spillane, aquí como actor principal también, encarnándole.
Y no lo hace mal, da el papel aunque sea físicamente, no tanto como actor, no muy dotado dramáticamente. Pero puede pasar.
Lo que no pasa del todo es la cinta, que se puede ver, pero resulta algo larga para lo que cuenta, con muchos diálogos (esto no es raro en filmes de parecido pelo) pero sin aportar nada que destaque en demasía. Sí que hay algún feliz momento verbal, como el que inicia este modesto comentario, o este otro que tiene lugar entre un Hammer recién sacado de la calle lleno de golpes y hecho polvo, y un antiguo colega:
" - Hola Mike. Supe que estuviste metido en el arroyo.
. ¿Por qué no me sacaste de él?
- Pensé que te serviría de terapia".
Lo mejor es la acrisolada fotografía a cargo de Kenneth Talbot, además a toda pantalla.
En cuanto a la música, resulta muy adecuada oyéndola en los títulos de crédito del comienzo, pero luego es muy repetitiva, acabando uno/o por hartarse de tanto oír el tema principal.
Destacable, ¡y de qué manera! es la gratísima presencia de la bella Shirley Eaton, que sale en casi todas sus escenas luciendo sexys bikinis (tiene un precioso cuerpo, por cierto).
No hay apenas acción y el final es muy bueno, con humor negro (o algo parecido) y todo.
No es que aburra, pero tampoco al acabar se tiene la sensación de haber visto algo que perdure en la memoria. Más bien al revés. Y es que el bueno de Roy Rowland, el realizador, aunque simpático y esforzado nunca llegó en realidad a trascender en su trabajo.
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