Director: Maurice Haeems
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Intérpretes Principales: Henry Ian Cusick (1), Kathleen Quinlan (1), Erika Ervin, Jenna Harrison, Karishma Ahluwalia, Jennifer Gjulameti, Raviv Haeems, Kaavya Jayaram.
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Argumento: Un científico brillante pero perturbado congela a su hija e hijo vivos, mientras trabaja contrarreloj para curar la mortal enfermedad genética que padecen ambos intentado decodificando el ADN de la inmortal medusa Turritopsis.
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Mi comentario: Fantasía científica colindante con la pura ciencia ficción, que parte de elementos verdaderos (es decir, que existen en la naturaleza) para conformar una historia, un argumento donde realidad y fantasía se dan la mano de forma harto irregular aunque no desdeñable.
La cinta está bien hecha, no cabe duda, digo desde el punto de vista técnico. No es que en este sentido sea una maravilla pero sí que tiene pericia y los efectos de sonido sobre todo tienen fuerza dramática de por sí. Lo que ocurre es que, aunque comienza con interés, se va diluyendo por un exceso de verbalidad, esto es, se habla demasiado y muy rápido también. Esto hace que aunque el ritmo, presuntamente sea ágil, en realidad no se da tiempo para reflexionar, resultando una amalgama de datos que no es nada sencillo procesar. Que resulta algo confusa, vaya, y desde luego poco convincente en sus conclusiones.
Agradecida presencia de una ya madura Kathleen Quinlan, excelente actriz que creo sinceramente que nunca tuvo el reconocimiento debido y merecido, y un esforzado protagonista Henry Ian Cusick, siempre recordado por la serie "Perdidos".
En conclusión, que sí, que se puede ver, no molesta, es digna y honesta... pero no logra conmover (si ese fuera su propósito) no emocionar, olvidándose al de poco de su visión. Al menos es lo que ocurrirá conmigo, que para eso están hecho los colores y los gustos.
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