Director: Hiroshi Okuyama
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Intérpretes Principales: Riki Okuma, Yura Satô
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Argumento: Yura es un joven cuya familia deja Tokio para irse a vivir con su abuela a una nevada zona rural.
No solo ha de integrarse en su nuevo colegio; además, es un centro cristiano.
Al principio le sorprende que a él y a sus compañeros de clase se les llame a rezar, pero poco a poco se adapta a su nuevo entorno.
Un día, en medio de una oración, ve como se le aparece un pequeño Jesús. Cada deseo que Yura pide a Jesús se convierte en realidad y comienza a tener fe en el poder del Señor.
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Mi opinión: Deliciosa película japonesa que se degusta poco a poco, como un pequeño manjar.
Es una cinta muy curiosa por el argumento en sí, sobre todo si consideramos que la historia tiene lugar en Japón, lugar donde los centros cristianos no son los más numerosos.
Una preciosa historia de amistad y fe, con muchas notas de fino humor (el Jesús pequeñito es un hallazgo) y sencillos pero claros diálogos, a la par que llena de dolor y tristeza. Un hecho grave pondrá a prueba las creencias del protagonista y deberá ser fuerte para sobrellevarlo.
Todo sin caer en la lágrima fácil, no siendo sensiblera en ningún momento y sí emotiva.
Estupendas interpretaciones de los dos niños y una tenue fotografía que es perfecta para mostrar los profundos y heridos sentimientos que se exponen.
Un filme que es cierto que tiene un ritmo un tanto romo, pero siempre es interesante y al final deja un muy buen sabor de boca.
- Premios: Festival de Cine Internacional de Donostia/San Sebastián 2018: Mejor Película en la Sección Nuevos Horizontes.
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