Director: Kon Ichikawa
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Intérpretes Principales: Rentarô Mikuni, Shôji Yasui, Jun Hamamura, Taketoshi Naitô, Shunji Kasuga, Kô Nishimura, Keishichi Nakahara, Toshiaki Ito, Hiroshi Tsuchikata, Tomio Aoki.
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Argumento: Año 1945; los japoneses están a punto de firmar la paz en Birmania.
Un soldado, admirado por sus compañeros porque toca el arpa, es nombrado mediador japonés. Pero antes de que convenza a sus camaradas, comienzan a caer las bombas dejando muertos por todas partes.
El mediador es herido pero le ayuda un monje. A parir de ahí comienza a emprender su labor: enterrar a cuantos camaradas japoneses vea por los caminos birmanos.
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Mi comentario: Emotiva cinta japonesa, ganadora del premio OCIC en el Festival de cine de Venecia del año 1956.
Es un canto al amor humano, es antibélica y generadora de respeto a la vida y al prójimo.
Por tanto, es totalmente positiva, siendo aconsejable y yo diría que imprescindible su visión.
Amén de que, aunque el ritmo en ocasiones sea moroso, es muy entretenida, al espectador se le pone los pelos de punta al ver la evolución del protagonista y el camino que toma en su vida. Eso y la influencia que tiene para con sus compañeros de armas, hombres que sólo desean regresar a sus maltrechos hogares.
Una película maravillosamente dirigida por el maestro Kon Ichikawa, excelentemente interpretada y con una música y canciones excelsas, que invita a la vida y a la cordialidad.
Un peliculón, en mi humilde opinión, que deja honda huella.
Premios:
- Mainichi Film Concours 1957: mejor banda sonora.
- Festival de Venecia 1956: Premio San Giorgio, Mención Honorable Premio OCIC.
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