Director: Albert C. Gannaway
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Intérpretes Principales: Jim Davis, Arleen Whelan, Faron Young, Marty Robbins, Lee Van Cleef, Louis Jean Heydt, Harry Lauter, Douglas Fowley, Lawrence Dobkin, Bill Coontz, Don Diamond, Rick Vallin, Tom Hubbard, Gerald Mohr
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Argumento: Al final de la guerra mexicano-estadounidense, un torcido Capitán de Caballería estadounidense y sus hombres obligan a un oficial mexicano cautivo a firmar las escrituras de sus vastas tierras y gran hacienda al Capitán.
Pasado un tiempo, un valiente oficial de la Ley, junto a su honrado padre, que es Juez, intentan que los legítimos dueños de las tierras robadas por el Capitán, les sean devueltas conformes a la Ley.
Pero no será fácil pues el malvado tiene muchos hombres a sueldo... que no cuentan con la valentía y buena puntería del oficial.
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Mi comentario:
"- Lamento que no tengamos un juzgado más apropiado, su Señoría.
- Sheriff, el juzgado se halla donde quiera que yo alce mi mazo".
Primera película que he visto desde que se implantó el estado de alarma provocado por el maldito Covid-19.
Grata sorpresa la mía al ver este muy entretenido western, con todas las constantes del preciado género más otras curiosas que la complementan.
Grata sorpresa la mía al ver este muy entretenido western, con todas las constantes del preciado género más otras curiosas que la complementan.
Es cierto que se trata en definitiva de una película de serie B, pero hecha con cariño y dedicación y contada con buen ritmo y brío dramático que la hace interesante a la par que amena. Y esto gracias a la buena labor de dirección de Albert C. Gannaway, para mi, un ilustre desconocido y que, por lo que leo en Imdb, siempre fue productor.
El guión escrito al alimón por Samuel Roeca y Tom Hubbard es claro y desde el comienzo queda de manifiesto quiénes son los malos y quiénes los buenos. Y en esto también hay cierta sorpresa por cuanto los criminales son los vencedores de la guerra, los yankees, que roban y matan a los vencidos, esto es, a los mexicanos.
La cinta tiene de todo, peleas, tiros, romances y los diálogos son cortos y certeros.
Jim Davis y, sobre todo, Lee Van Cleef, componen a dos malvados con diferentes metodologías, el uno ladino y falsamente cortés y el otro violento, sádico y asesino, y lo hacen excelentemente, sobre todo Van Cleef, que siempre he dicho que fue mucho mejor actor que lo que parecía.
En cuanto al protagonista positivo, el Marshall, personaje valiente, decidido y tirador infalible amén de bueno con los puños, está interpretado por Faron Young, que fue un excelente cantante y compositor... y del que yo ni había oído hablar, cosa de la que no me enorgullezco precisamente.
En definitiva, un estimable western, dinámico, que hace pasar un muy buen rato.
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