viernes, mayo 22, 2020

YO AMÉ A UN ASESINO (He Ran All the Way) (USA, 1951) Thriller




Director: John Berry
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Intérpretes Principales: John Garfield, Shelley Winters, Wallace Ford, Selena Royle, Gladys George, Norman Lloyd, Robert Hyatt, Clancy Cooper, Vici Raaf, Keith Hetherington, Robert Karnes
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ArgumentoNick Robey es un delincuente común que vive en casa de su madre alcohólica. 
Tras cometer un atraco que resultará un fiasco se verá envuelto en una persecución por parte de la policía. Cuando está a punto de ser capturado, Nick mata a un policía y se refugia en una cercana piscina municipal para evitar ser encontrado. 
Allí, intentando pasar desapercibido, conocerá a Peg, una chica a la que decide seducir y acompañar a casa de sus padres buscando una salida para su tensa situación.
Las cosas no salen como él creía y toma a la familia como su rehén.
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Mi opiniónBuena película de genuino género negro, un thriller policíaco con criminal perseguido por la justicia y que toma rehenes para asegurarse su seguridad.
Esto no es demasiado nuevo en el cine, es decir, el argumento en sí ya se ha contado, aunque en la fecha de creación del filme, menos veces por aquello de la lógica antigüedad del filme.



Pero se aparta y adquiere personalidad propia gracias a un estupendo guión a cargo de, nada menos, el gran Dalton Trumbo, acompañado por Hugo Butler y Guy Endore. Los tres adaptan la novela de Sam Ross.
Con espacios reducidos en gran parte del metraje, la sabiduría del realizador, John Berry, consigue un estupendo clímax opresor, gracias a la labor de todos los miembros de la cinta. Desde el propio guión, que siempre va al grano, hasta la excelente partitura de Franz Waxman y/o la fotografía del magnífico James Wong Howe. También es estupenda la dirección artística, sobria y creíble, de Harry Horner.



Pero sin duda, aparte de la espléndida puesta de escena de Berry, la película se beneficia de la excelente labor interpretativa de los pocos pero bien conjuntados actores y actrices.
La pareja protagonista, John Garfield y Shelley Winters, rezuman dolor, miedo, desesperanza y soledad, ambos en una imposible unión donde cada uno de ellos busca la supervivencia, él la propia y la de su familia, ella.



Garfield, espléndido en su labor, fallecería el año siguiente por un ataque al corazón causado por el estrés que le causó la maldita Caza de Brujas del infame senador McCarthy. Y se da la casualidad de que también el director, John Berry, estaba en la lista negra de Hollywood. Ambos sabían, pues, muy bien, de qué hablaban, de lo que se siente al estar perseguido.
Buena película, creo que poco conocida por los cineastas y público actuales.

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