Directores: Ned Hockman, Sip Homeier
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Intérpretes Principales: Beverly Garland, Skip Homeier, Kenneth Tobey, Hannah Stone, George Clow, Paul Scovil, Edna Newman, John Arville, Bruce Palmer, Carey Mount, Cortez Ewing, Robert Stone, Barbara Freeman, Darlene Dana Reno, Joseph Benton
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Argumento: Un marido sádico tortura psicológicamente a su mujer, mientras planea divorciarse de ella.
La mujer intenta desesperadamente que intente entrar en razón pero una visita al pueblo donde nació su esposo le hace ver que será imposible pues odia a todas las mujeres a causa de la educación que tuvo él por parte su castrante madre.
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Mi opinión: Insatisfactorio film, que tiene una extraña y no lograda mezcla de diversos géneros como el puro drama psicológico, la intriga criminal, el psycho killer y el melodrama desaforado.
Inmerso, o así parece, en el cine de "estudios psicológicos" de los personajes, es decir, aquellas películas de finales de los cincuenta y primeros sesenta, donde el psicoanálisis y los traumas más intrínsecos del ser humano eran las constantes que hacían actuar a los personajes, ocasionando unas imprevisibles consecuencias dramáticas.
Aquí es algo raro cuanto sucede, sobre todo en lo relacionado con la visita de la protagonista al pueblo de donde es originario su peligroso e inconstante marido.
Todo se deja ver y no es que aburra, pero al final te quedas más o menos como cuando comienza la película, con más dudas que certezas y un sabor de boca amargo por cuanto te das cuenta de que podría haber sido manifiestamente mejor para quedarse en una medianía.
Beverly Garland, que según comentó en su biografía, es la única vez en su carrera que no acabó satisfecha con su trabajo, lo hace francamente bien. Su esposa abnegada, aterrorizada pero siempre dispuesta a comprender y perdonar a su marido, es loable.
Pero claro, se comprende lo que decía Garland y es por el caos del rodaje, no en vano comenzó a dirigirla Ned Hockman y tuvo que terminarla el co-protagonista, Skip Homeier, pues si no, no había película.
El resultado es algo desaforado pero al mismo tiempo distante e inocuo, no dejando apenas huella en el espectador.
Merecía haber tenido mejor suerte, no en vano, al menos, es valiente al mostrar violencia conyugal tensión dramática en la dura escena del pueblo, y cierta intriga, al final no muy felizmente filmada.
Buena fotografía en blanco y negro a cargo de Robert Bethard.
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