EN LAS RAYAS DE LA MANO (Golden Earrings) (USA, 1947) Intriga, Espionaje, Romántico

 

Director: MITCHELL LEISEN
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Intérpretes Principales: Ray Milland, Marlene Dietrich. Murvyn Vye, Bru ce Lester. Dennis Hoey. Quentin Reynolds. Reinhold Schünzel. Ivan. Triesault. Hermine Sterler. Harry Anderson, Gordon Arnold. Ellen Baer. Martha Bamattre. Charles Bates. Carmen Berettal. Louise Colombet. Robert Cory. Gwen Davies. Harold De Becker, John Dehner. Leslie Denison. Maynard Holmes. Stuart Holmes. Pepito Pérez. John Peters. Walter Rode. Henry Rowland
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Argumento: Muy poco antes de comenzar la II Guerra Mundial, un norteamericano junto a un joven británico, se adentran en Alemania, para tratar de verse con un eminente científico que tiene una valiosa fórmula por el que se podría crear en grandes cantidades un gas tóxico venenoso de gran importancia para el devenir de la contienda, si finalmente se produjese.
Pese al elaborado plan son apresados pero logran huir, separándose para verse días más tarde en un lugar determinado.

 

El estadounidense, al ser perseguido de cerca, se adentra en los frondosos bosques, avistando en la noche a una gitana con su carromato. Ella le da de comer y le presta ayuda, considerándole desde ese momento como su hombre.
Durante las jornadas que viajan juntos van conociéndose y enamorándose, a pesar de ser completamente distintos y de llevarle a él por el camino de la amargura las cansinas atenciones amatorias de la mujer.
Pero los agentes nazis se van acercando.
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Mi opinión: Disfrutable film del simpar Mitchell Leisen, que supo llevar a muy buen puerto un más que rocambolesco guión de Frank Butler y Hen Deutsch.
Y lo logró por unir en perfecta simbiosis la intriga, la acción, con el humor y el romanticismo más puro.
Muy entretenida, deja un excelente sabor de boca gracias a un brillante guión lleno de buenos diálogos y situaciones felices que hacen reír un par de veces y unas cuantas más sonreír.

 

La primera parte, por así decir, resulta simpática y divertida, con las cuitas de los entrañables personajes estupendamente encarnados por un Ray Milland más jocoso que nunca y una Marlene Dietrich que pocas veces estuvo más bella en la pantalla.
El último tercio, empero, se centra más en la intriga y el suspense, todo ello narrado con un perfecto ritmo donde no hay nada que sobre.

Tan sólo un pero puedo poner, aunque no muy importante, su final. Un final que debería, creo yo, haber sido más emotivo y emocionante. Leisen y/o sus dos guionistas lo despachan en un abrir y cerrar de ojos, más bien de forma sosa.
Pero, en líneas generales, se trata de una excelente película, quizás no muy rigurosa ni por supuesto creíble, pero sí amena e imperecedera.
Sigue gustando mucho pese a los años transcurridos, por lo que muy bien se le podría considerar un (pequeño) clásico.