Director: QUENTIN DUPIEUX
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Intérpretes Principales: Alain Chabat, Léa Drucker, Anaïs Demoustier, Benoît Magimel, Stéphane Pezerat, Marie-Christine Orry, Roxane Arnal, Lena Lapres, Gregoire Bonnet
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Argumento: Conseguir vivienda hoy en día es una auténtica odisea; quizá por esto, Alain y Marie no dudan en comprar una casa que lo tiene todo, incluso un sótano con extrañas propiedades: al bajar se llega a la planta superior y esto no es todo, el tiempo transcurrirá en el día 12 horas, pero serán 3 horas más jóvenes).
Poco a poco, Marie se irá haciendo adicta a adentrarse en la planta baja de su nuevo hogar, mientras la pareja se debate entre compartir o mantener el secreto del lugar con sus nuevos vecinos.
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Mi comentario: Pues otro de los inclasificables filmes del simpar Quentin Dupieux, para uno/as un genio y para otro/as un locuelo del cine.
Indudablemente tiene un universo propio y lo expone sin bagajes, mostrándonos temas importantes pero bajo la segura pátina del humor... un humor no siempre comprensible para el espectador, que no pocas veces fracasa en su intento de la comprensión de sus ideas.
Comparándola con otras que he visto del autor, no me ha convencido del todo. Sí el argumento, el guión, pero no su completa resolución.
La primera es que, de nuevo, tiene una corta duración. No llega a los ochenta minutos y así va al grano. Segunda, que la historia es buena, con una evidente denuncia para la vanidad que se ha instalado en nuestra sociedad, pendiente de retrasar al máximo la vejez, de conseguir por todos los medios posibles que el paso del tiempo no haga mella en nuestros marchitos tiempos.
No es una cinta amable, ni mucho menos, sino amarga y en el fondo triste.
Muy buenas interpretaciones, haciéndome especial gracia el personaje de Benoît Magimel con su pene electrónico.
No es un film para todos los gustos ni públicos pero invita la reflexión sobre algunos males de nuestros tiempos.
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