- Título original: Manaos (Manos. La guerra del caucho)
- Año: 1980
- Duración: 95 min.
- País: España, México, Italia
- Dirección: Alberto Vázquez Figueroa
- Guion: Juan Antonio Porto, Carlos Vasallo. Historia: Alberto Vázquez Figueroa
- Música: Franco Bixio, Fabio Frizzi, Vince Tempera
- Fotografía: Alejandro Ulloa
- Género: Aventuras
- Reparto: Fabio Testi , Agostina Belli. Jorge Rivero. Andrés García, Florinda Bolkan, Jorge Luke. Alberto de Mendoza. Milton Rodríguez. Carlos East, Alfredo Mayo, Carlos Nieto. Mike Moroff. Miguel Ángel Fuentes. Jorge Reynoso. John Fonseca. Eduardo Noriega. Yogui Ruge, Manuel Anaya
Argumento
Carmelo Sierra, un hombre brutal, se está haciendo inmensamente rico gracias a las ganancias de sus plantaciones de caucho, del líquido que extrae de ellos.
Y para lograrlo se vale del esfuerzo y vida de muchas buenas gentes a los que apresa con la menor excusa de haber hecho algo malo, convirtiéndoles en esclavos sobre los que decide si deben o no vivir.
Dos de sus esclavos/trabajadores, se rebelan y huyen por la selva amazónica acompañados de un indígena que conoce la zona como la palma de su mano, y de Claudia, una bellísima mujer de alta cuna a quien usaban todos en la plantación como objeto sexual.
Su objetivo será llegar a Manaos, pero los acontecimientos violentos que deben afrontar en su larguísimo viaje les hará tomar la determinación de hacer un alto para matar a Sierra.
Malísima adaptación de la novela de Alberto Vázquez Figueroa, realizado, ¡canastas! por él mismo y guionizada por Juan Antonio Porto y Carlos Vasallo. Entre los tres logran un subproducto, un verdadero bodrio, aburrido y torpe a más no poder.
De todas formas quizás es menos mala de lo que me pareció, no en vano la peli debe durar los noventa minutos y la versión que yo ví (sufrí más bien) fue de 77. Es decir, me escamotearon (o perdonaron quizás) unos trece.
Y es que claro, la versión que yo vi fue la española, no la internacional. Así que, por citar un ejemplo, había escenas en las que se les veía a los presos fugados esperando que uno de ellos provocara un aborto a una mujer, y acto seguido todos estaban en el suelo, atados y/o con cadenas, hechos prisioneros por malosos que no se sabe de dónde diantres habían salido. Y así varias escenas. Seguramente que las pocas de índole sexual, pues tijera y a otra cosa...
Por lo demás, abstenerse de verla es una, me parece, grandísima idea. Yo la padecí (repito, una versión, supongo que mutilada).
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