Título original: Smoke Signal
Director: Jerry Hopper
Guion: George F. Slavin, George W. George
Música: Irving Gertz, William Lava, Henry Mancini
Fotografía: Clifford Stine
Género: Western
Reparto: Dana Andrews , Piper Laurie , Rex Reason. William Talman, Milburn Stone . Douglas Spencer, Gordon Jones, William Schallert. Robert J. Wilke . William Phipps. Pat Hogan . Peter Coe. Lee Bradley
Argumento
Una tribu de indios, los Ute, han comenzado a atacar a los soldados, por mor de la mala actuación del Coronel del Fuerte enclavado en un paraje no lejos del Gran Cañón del Colorado.
En el fuerte tienen prisionero a un antiguo teniente del fuerte quien, de la noche a la mañana, huyó del lugar y se fue a vivir con los indios.
Todos le acusan de traición y de haber soliviantado a los indios contra el hombre blanco, pero poco a poco se va descubriendo que en realidad, lo que hizo fue intentar parlamentar con los indios para que hicieran la paz.
Para huir, un grupo de soldados, junto al prisionero, la hija del Comandante muerto y un cazador de pieles, no tendrán más remedio que huir a través de las peligrosísimas aguas del Gran Cañón, en dos pequeñas y no demasiado seguras canoas.
Discreto aunque entretenido western menor, dirigido como en él era costumbre sin imaginación y algo toscamente, por Jerry Hopper, que casi siempre contaba con buenos intérpretes, pero que solo lograba sencillas películas, vistosas y olvidables.
En esta ocasión sucede lo mismo, aunque es eficaz en su pasatiempo, gracias sobre todo a un conjuntado y corto (en número) elenco interpretativo donde sobresale la gran Piper Laurie, todavía en los tiempos en los que hacía de la chica buena de las entrañables pelis de la Universal. Pero también están hombres como el siempre excelente característico Robert J. Wilke (en esta ocasión sin la J.) o Byron Foulger.
La fotografía es buena y en las tomas generales saca muy buen partido de las inmensidades paisajísticas del Gran Cañón del Colorado. Lo que sucede es que chirría un tanto comprobar que las escenas peligrosas están rodadas utilizando las cantarinas transparencias tan propias de la época del rodaje. Se nota mucho pero es que no era cuestión, digo yo, de poner en peligro mortal a los intérpretes, aunque sí a los dobles.
Logradas escenas de acción, algo de violencia sádica, aunque fuera de plano, y normalitos diálogos, hacen de "Cara a la muerte" o "El gran cañón", un simpático aunque mediocre western que hace pasar el rato y no mucho más, aunque el final está bien a pesar de no estar explícitamente cerrado.
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