Tïtulo original: The Canadians
Director: Burt Kennedy
Guion:
Música:
Fotografía:
Género: Western
Reparto: Robert Ryan, John Dehner. Torin Thatcher, Burt Metcalfe, John Sutton, Jack Creley, Scott Peters, Richard Alde, Teresa Stratas, Michael Pate
Argumento
En 1876 se produce la célebre batalla de Litle Big Horn, donde el Séptimo de Caballería del general Custer fue destruido por completo, muriendo todos sus hombres. Diversas tribus indias se unieron y más numerosos que los soldados, comandados por los sioux les masacraron.
A tenor de ello, el Ejército de Los Estados Unidos les persiguió hasta la frontera con Canadá, a donde se introdujeron.
La Policía Montada, ordena a tres de sus hombres, dos veteranos y un cadete más bien torpón aunque valiente, que dialogue con los sioux y les conmine a que abandonen toda idea de lucha, bien contra otras tribus indias del Canadá, bien contra el hombre blanco. Sólo les permitirán cosechar y cazar búfalos.
Llegan a un acuerdo, pero mientras los tres soldados emprenden el camino de vuelta, cuatro hombres blancos, llegados de Los Estados Unidos, se adentran en un poblado donde sólo hay prácticamente viejos, mujeres y niños, y comienzan a disparar a matar.
La razón es que al jefe de los blancos le han robado cuarenta caballos y cree que fueron los indios, pero incluso asesinan de un disparo a una niña india de dos años.
Bastante modesto western ambientado en tierras canadienses, dirigido discreta pero eficazmente por Burt Kennedy, autor también del guión, de lo que era especialista.
Y ahí es donde reside lo mejor y más curioso de un western claramente de serie B, en los diálogos donde se nos describe la psicología de los más bien pocos personajes.
Resulta extraño pero atractivo el oír los sueños y anhelos de los malos, cuatro hombres que no dudan en asesinar a indios para alcanzar sus propósitos. En parte porque no consideran que matar indios sea un crimen.
La cinta tiene como mejor bagaje, junto con esos extemporáneos diálogos, el empleo del maravilloso Cinemascope (que me fue hurtado sin piedad por la cadena autonómica donde vi la peli), que resalta los bellos parajes donde se rodó la cinta: Cypress Hills, Saskatchewan, Canada .
Más allá de ello, no tiene mayor calidad, aunque el final de la película está bien, y tiene su gracejo bien mirado. Y es que comprobamos la inteligencia de los indios cuando quieren impartir justicia sin desobedecer las órdenes de la Justicia blanca.
Muy bien los intérpretes, sobre todo los dos protagonistas masculinos, Robert Ryan, en esta ocasión haciendo de bueno, y John Denner, haciendo de malo, aunque con su particular código del honor (reprobable con todo).
Por su parte, las notas de cálido humor las ponen Torin Thatcher y Burt Metcalfe, uno haciendo de "duro" sargento y el otro de despistado pero voluntarioso cabo.
Como curiosidad, la protagonista masculina es Teresa Stratas, famosa soprano canadiense.
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