Teatro: Arriaga (Bilbao, Euskadi, España)
Día de la representación: 10 de febrero de 2024
Título original: Contractions
Autor: Mike Bartlett
Versión española: Jorge Kent
Director: Israel Solá
Intérpretes: Candela Peña, Pilar Castro
Argumento
Con hábil precisión se muestra a una mujer en un cargo de poder que
entrevista a Emma, de la sección de ventas, acerca de su vida amorosa.
Al principio, hay algo cómico en la definición legalista de la empresa
de lo que constituye una relación romántica o sexual.
Esto, sin embargo,
se convierte en lascivia mórbida cuando la gerente exige detalles
íntimos de la aventura de Emma con un compañero de trabajo en la oficina.
Buena obra de teatro, ya representada con éxito en distintas ciudades, tanto españolas como extranjeras.
Dos actrices excelentes, un único escenario. Y un argumento que pasa de gracioso, aunque sibilino a oscuro a más no poder, aparentemente exagerado, pero representando prácticas de empresa verdaderas, donde la empatía, solidaridad y respeto, brillan por su ausencia.
¿Hasta dónde pueden llegar las tóxicas prácticas empresariales para con sus empleados para lograr subyugarlos, atemorizarlos y quitarles su libre albedrío y, por ende, libertad?
Una lucha desigual entre dos personas, mujeres en esta ocasión, que pasa de sacar la risa y, sobre todo, sonrisa, al espectador, para poco a poco azorarle, inquietarle, primero con un inteligente humor negro, luego macabro incluso y finalmente cruel.
Muy estimables interpretaciones (más carne en el personaje de Candela Peña), fluidos e inteligentes diálogos y gran ritmo, hacen de esta obra un divertimento que resquebraja nuestras defensas según pasan los minutos, hasta llevarnos a un lugar impensable al comienzo, donde nos miramos a nosotos mismos en un espejo y quizás no nos guste lo que vemos.
Un gran drama humano, aparentemente distópico, pero más real de lo que pensamos, que nos muestra la deriva del ser humano en un mundo lleno de incertidumbres que nos hacen dudar de nuestra ética particular.
Divertida, cruda, inhumana, real como la vida misma, aunque quiero crer que llevada al límite. No sé, no sé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario