Título original: Randy rides alone
Director: Harry L. Fraser
Guion: Lindsey Parsons
Fotografía: Archie Stout
Género: Western
Reparto: John Wayne, Alberta Vaughn, George 'Gabby' Hayes. Yakima Canutt. Earl Dwire, Artie Ortego, Tex Phelps, Horace B. Carpenter, Tommy Coats. Herman Hack, Murdock MacQuarrie. Perry Murdock. Tex Palmer, Mack V. Wright
Argumento
Un forastero llamado Randy, llega a una taberna para ver al dueño y se encuentra con tres cadáveres, uno de ellos el del hombre a quien quería ver.
La Ley llega en esos momentos y le encierran en la cárcel al creer que es el asesino, aunque por los hechos creen que lo hizo con una banda.
En efecto, una banda ha sido la causante, y está comandada por un aparentemente buen hombre, a quien apodan "Matt, el mudo", pues no puede hablar y se comunica escribiendo notas. Pero esto es lo que todos conocen de él, ya que, cuando está con sus hombres se transforma completamente y puede hablar.
La sobrina del dueño de la taberna ayudará a Randy a escapar de la cárcel y él a esclarecer el asunto.
Uno de los filmes que a principio de los años treinta protagonizara John Wayne, a cargo de Lone Star producciones.
Eran filmes de corta duración, no llegaban a la hora, y que se caracterizaban por contar con poco presupuesto y no demasiadas ambiciones.
Los resultados, como en este caso, eran discretos pero sirvieron para dar a conocer a Wayne, popularizar el western y hacer pasar un rato ameno al espectador.
Aquí se vuelve a conseguir, no en vano la trama es, como siempre en estos casos, facilona y los minutos pasan mansamente, sin apenas imaginación y más bien pocos diálogos.
Por lo demás, poca cosa, todo en plan modesto y tranquilidad en la narración.
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