miércoles, noviembre 29, 2017

AMENAZAS EN LAS VÍAS (Overland Pacific) (USA, 1954) Western




Director: Fred F. Sears
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Intérpretes PrincipalesJock Mahoney (1), Peggie Castle (1), Adele Jergens (1, 2), William Bishop (1), Chubby Johnson (1, 2, 3, 4, 5, 6), Walter Sande (12345678, 9), Pat Hogan, Chris Alcaide, Fred Graham, Harry Seymour, Harry Wilson.
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ArgumentoUn telegrafista recién llegado a un lugar donde al parecer no pasará el ferrocarril trata de averiguar por qué sus trabajadores sufren constantes ataques por parte de los indios.
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Mi opinión

"El hombre blanco es como el cuervo: hace mucho ruido y no dice nada".

Modesto y bastante rutinario western menor, clara serie B, rozando la C, que no aburre, esa es la verdad y su principal virtud. Muchas más no tiene aunque, por ejemplo, siempre sea grata la presencia de seguros actores/actrices de reparto que dan consistencia al producto final.
Para comenzar su colorido es raro, no bonito, utilizándose el para mi ignoto "Color Corporation of America". No tiene brillo y su cromatismo es rudo.


La historia, el argumento, no es nada original y tiene bastantes tópicos propios de las pelis  sobre el far west: el maloso que trafica con los también malvados indios y les vende rifles con los que matar a blancos, la chica de saloom de cierta edad enamorada del malote y que en el fondo tiene un buen corazón... En fin, nada nuevo bajo el sol. Pero por lo comentado antes, porque es bastante modesta en todos sus aspectos, los mimbres están suficientemente bien ensamblados como para, al menos, no aburrir.
Pero lo mejor de todo y a la vez también lo más extraño del film son sus diálogos. No es que sean propios de Shakespeare, pero surgen divertidos o con cierto ingenio al menos, como cuando en el saloom una de las chicas acaba de estar con un parroquiano y se dirige al pianista del local y le dice:

"-Te invita ese bobo para que toques algo triste.
- ¿Y qué pasa si le recuerdo a su madre fallecida?
- No te preocupes, por su aspecto (el del parroquiano) lo más seguro es que muriera riéndose"



O este otro diálogo también en la cantina, un día después de haberse zurrado de lo lindo el protagonista y uno de los cocheros de una diligencia.
Al ir a tomar un trago el protagonista ve que el cantinero es el mismo cochero:

" ¿Qué quiere tomar?
- Un brandy. ¿Qué te ha pasado en la cara?
- ¿Quiere el brandy en el vaso o se lo echo encima?
- Me da igual, pero si me lo echas encima me lo cobraré en dientes".


En fin, que por lo menos, entre escenas sin chispa ni mordiente oyes de vez en cuando algún feliz comentario, lo que te saca la sonrisa. Algo es algo.
En definitiva, un western del montonazo, rescatado por cadenas televisivas para que las podamos ver en la sobremesa o por la tarde si, sobre todo, nos gusta mucho el western. Por mi parte, agradecido de veras.

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