Director: Panos Cosmatos
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Intérpretes Principales: Nicolas Cage, Andrea Riseborough, Linus Roache, Bill Duke, Richard Brake, Hayley Saywell, Line Pillet, Ned Dennehy, Clément Baronnet
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Argumento: Red es un leñador que vive alejado del mundo junto al amor de su vida, Mandy.Un día, mientras da un paseo abstraída en una de las novelas de fantasía que suele leer a diario, Mandy se cruza sin saberlo con el líder de una secta que desarrolla una obsesión por ella. Decidido a poseerla a cualquier precio, él y su grupo de secuaces invocan a una banda de motoristas venidos del infierno que la raptan y, en el proceso, hacen añicos la vida de Red.
Decidido a vengarse y equipado con toda clase de artilugios, pone en marcha su terrible venganza.
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Mi comentario: Un título a considerar dentro del género fantástico-terrorífico-thriller sobrenatural, tales son los diversos palos que toca de forma muy interesante y espectacular el realizador Panos Cosmatos.
Un hombre al que habrá que seguir de cerca en sus próximos trabajos no en vano en este filme demuestra personalidad y puede considerarse un creador en cuanto a la rica puesta en escena.
Y es que da muchísima importancia a la iluminación, con esos bellos contrastes cromáticos que le otorgan a la película un aire fantasmagórico donde las criaturas del averno parecen venir del infierno en busca de sangre.
Por otra parte, la aparición de esa secta monstruosa que remite inexorablemente a la del tristemente famoso Manson, da un aire de locura y misticismo, con la aparición de esos falsos profetas que en realidad son unas pobres criaturas.
En cuanto al personaje de Cage, este lo lleva hasta el extremo y se nota que se lo pasa bien. Se adueña de la historia y hace y deshace con profusión de muertes, sangre y vísceras, con el que el gore se hace la dueña de la función, para éxtasis, supongo, de sus adeptos.
Una cinta entretenida, quizás algo larga pero que contiene hermosas y fascinantes escenas, siempre por mor de la brillante fotografía y colores que iluminan la oscura y peligrosa noche.
Merece la pena su visión, aunque hay que estar avisado/a de lo que, más o menos, se verá. Porque es un pelín fuerte. Pero, vamos, tampoco hay que tomársela en serio (me refiero al argumento).
Premios: - 2018: Festival de Sitges: Mejor director
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