Director: Antonio Román
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Intérpretes Principales: Yvonne Bastien, Luis Dávila, Gracita Morales, Ismael Merlo, Porfiria Sanchiz, María Asquerino, José Isbert, Venancio Muro, José María Tasso, Enzo Viena, Alberto Dalvés, Margarita Lozano, José Franco, Erasmo Pascual, Gonzalo Segura, Ángel Álvarez, Beni Deus, Antonio Jiménez Escribano, Juan Cazalilla, Francisco Bernal, Rafael Cortés, Pedro Porcel, Antonio Prieto
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Argumento: Una mísera pensión es el escenario en el que se va fraguando el amor entre una enigmática mujer y un escritor frustrado.
Y es que una noche llega la extraña mujer y su presencia cambiará la vida y futuro de sus tristes y pobres moradores, todo/as ello/as con problemas de liquidez, amor y trabajo.
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Mi comentario:
"- Quiero un aumento de sueldo Sr. González.
- Pero bueno...
- Es que, si Ud. me lo permite y no le molesta, me gustaría pagar la pensión y comprarme unos zapatos.
- Oiga, le encuentro unas ideas muy subversivas".
Entretenido pero bastante liviano filme co-producido entre España y Argentina. Es por ello la presencia de los más tarde habituales en el cine español Luis Dávila y Alberto Dalvés.
Si digo "efímero" quiero decir que una vez vista la olvidas al de poco tiempo, dada su impersonalidad. Sin embargo, mientras la estás comtemplando pasas el rato sin la menor dificultad por mor de sus buenos diálogos:
"- He pillado un catarro de aúpa.
- ¿Por qué no se toma algo caliente?
- ¿Caliente en esta pensión? Como no me acueste con la plancha...",
bastante literarios en diversas ocasiones, no en vano se trata de una adaptación de la comedia "Los pobrecitos", del ínclito Alberto Paso.
También es grata la presencia de excelentes intérpretes españoles, como el siempre recordado José Isbert y/o María Asquerino, Erasmo Pascual, Venancio Muro o una excelente Gracita Morales.
Ahora bien, una cosa me ha parecido de lo más negativo: el doblaje. Y es que prácticamente todos sus intérpretes están doblados, excepto Gracita y alguno/a más... creo. El resto, a pesar de sus personalísimas voces, dobladas. Así, da muchísima pena oír al gran Pepe Isbert con otra voz y/o Ismael Merlo, Asquerino o Muro. En fin, eran otros tiempos pero da mucha grima.
Por lo demás, repito, no mucho, pero es eficaz en su relato y resulta amena siempre, no cansando pues el metraje es el justo (podría haber sido un poquito más corta).
Se puede ver tranquilamente aunque no deje casi ninguna huella en nuestra memoria.
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