Director: JUAN DE ORDUÑA
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Intérpretes Principales: Valeriano León, Virgilio Teixeira, Margarita Andrey, Aurora Redondo, José Nieto, José Sepúlveda, Josefina Serratosa, Ramón Martori, Joan Capri, Modesto Cid, Pacita Tomás, Carmen Pallarés, Carmen Unceta, María Severini, Salvador Garrido, Emma Picó, Villa Joaquín, Luis Orduña
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Argumento: Don Froilán, conocido popularmente como "Padre Pitillo", es el párroco de un pueblecillo castellano.
Tiene una acreditada fama de cascarrabias, aunque, en realidad, es un hombre de espíritu extraordinariamente bondadoso y humano.
Lo demostrará al acoger y ayudar a Rosita, una chica que ha sido seducida por un señorito que la abandona al enterarse de que está embarazada.
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Mi comentario:
"- ¿Qué ha pasado, otra vez tu marido, que ha vuelto tarde a casa, borracho y le has vuelto a pegar?
- Sí, Padre.
- Y ¿dónde le has dado?
- En la nuca.
- Pero mujer, ¿te has propuesto darle a ese desgraciado la muerte del conejo?
- Ay, Don Froilán, es que ese marido mío me coge una borrachera cada día.
- No, no es una borrachera cada día, es la misma, que la trata bien y le dura. Pero, vamos, hay que ponerle término a eso.
- ¿Y qué podríamos hacer?
- Que te pegue él, yo no veo otra solución.
- Pero, Padre, ¿Ud. cree?
- ¡Claro! Tú prueba unos días y ya veremos el resultado".
( escenas más tarde aparece la mujer con la cara marcada y Don Froilán, que está pasando un mal día, le pregunta que qué tal va todo con su marido. Ella le dice que "ahora" muy bien y él exclama mirando al cielo, "¡Gracias, Dios mío, menos mal que no todo son desgracias!". Inenarrable).
Y se trata, siempre en mi humilde opinión, de un claro ejemplo del cine nacional-católico-franquista de la época en la que fue rodada.
Tiene los tics rancios propios de un régimen castrante y retrógrado que se supone deben hacer reír al personal y no sé si se consiguió en aquél entonces, pero viéndola ahora causa no poca vergüenza ajena. Sí, eran otros tiempos, pero hay cosas que ya entonces al común de los mortales, usando el sentido común, debían parecer obsoletos y carpetovetónicos.
De desarrollo, cómo no, previsible, tiene algún toque humorístico que hace sonreír por la buena labor de Valeriano León, pero la película no es gran cosa, aunque como "documento histórico" no es nada desdeñable.
¡Ah! Y preciosa Margarita Andrey.
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