MUERTE DE UN CORRUPTO (MORT D'UN POURRI) (Francia, 1977) Thriller, Intriga, Político, Policíaco

Director: GEORGES LAUTNER
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Intérpretes Principales: Alain Delon, Ornella Muti, Stéphane Audran, Klaus Kinski, Mireille Darc, Mireille Darc, Maurice Ronet, Michel Aumont, Jean Bouise, Daniel Ceccaldi, Julien Guiomar, Carole Lange
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Argumento: Un hombre de negocios, Xavier Maréchal, acepta encubrir a un amigo suyo que le confiesa el asesinato de un artista, virtuoso de la corrupción y del chantaje.
Al día siguiente, le toca al supuesto amigo morir asesinado. Maréchal se encontrará entonces en medio de una maquinación en la que políticos y gángsters estarán dispuestos a cualquier cosa con tal de recuperar un expediente comprometedor.
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Mi comentario: 

"- Estás muy guapa.
- El alcohol me conserva".

Buen neo-polar francés, dotado de un esforzado, rico, sugestivo y me temo que hoy en día todavía de rabiosa actualidad, de Michel Audiard, adaptando la novela de Raf Vallet.
Georges Lautner dirigió numerosas películas dentro de este género, así que lo conocía bien.
Por ello saca máximo provecho de unos intérpretes en estado de gracia, con un Delon excelente, así como las actrices y, sobre todo, un Klaus Kinski, con un papel pequeño en cuanto a minutos frente a la cámara, pero que tiene los mejores diálogos y texto, como el que le dice al protagonista en la parte final:

"- Ahora no manda la Internacional Proletaria, sino la del dinero. Ya no tenemos amigos sino socios. Ya no tenemos enemigos sino clientes. El Capitalismo no tiene fronteras".

Verdades como puños que hace tiempo se instalaron en nuestra sociedad, corrompiéndolo todo, como sucede con la mayoría de personajes del fim, que tienen muchas cosas que esconder y lógicamente no quieren que salgan a la luz.
La cinta es un canto a la amistad, no en vano, todo lo que hace el protagonista está encaminado a descubrir quién asesinó a su amigo, a pesar de saber que tampoco era trigo limpio, pero el sentido de lealtad hasta el final es el motor de sus acciones y omisiones.
Muy buena fotografía de Henri Decaë y entretenimiento asegurado durante todo el metraje al unir cine político, de intriga y de acción, con algunas meritorias escenas como las diversas embocadas que sufre el personaje de Delon.
Merece la pena su visión por ser muy amena, interesante y, repito, todavía de actualidad en muchos sentidos.