Director: SIDNEY POLLACK
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Intérpretes Principales: Sidney Poitier, Anne Bancroft, Telly Savalas, Steven Hill, Ed Asner, Indus Arthur, Paul Newlan, Dabney Coleman, H.M. Wynant, Robert F. Hoy, John Napier, Lane Bradford, Janet Dudley, Thomas Hill, Marjorie Nelson, Steven Marlo
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Argumento: Alan es un estudiante universitario de Seattle que trabaja como voluntario en un centro de ayuda.
Una noche, estando en la clínica solo, recibe la llamada de una mujer desesperada que necesita hablar con alguien y contarle que ha intentado suicidarse tomando pastillas. Mientras la escucha, Alan se apresura a pedir ayuda sin que la mujer lo sepa.
Después de una larga conversación, Alan conoce perfectamente las circunstancias de la vida de esta mujer y las razones que le hacen desear la muerte.
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Mi comentario: Buen debut en el largometraje del maestro Sidney Pollack que, tras su etapa en la televisión dirigiendo capítulos de exitosas series, comenzó la etapa cinematográfica con este filme.
Interesante y ameno durante todo el metraje sí es cierto que es algo irregular, con intensos momentos llenos de intriga y suspense, junto a otros un tanto de relleno o al menos con menos enjundia que la línea general, muy seria. Ciertas escenas que parecen estar hechas para el lucimiento de los intérpretes pero que no casan con el resto, junto a otras de gran contenido social y llenas de buen didactismo al mostrarnos los protocolos y actuaciones de los centros de ayuda, donde seres abnegados tratan desesperadamente de ayudar a las personas que les llaman cuando están a punto de acabar con sus vidas por situaciones tristes, dolorosas, angustiosas de sus más bien tristes vidas o tan sólo por no saber luchar contra una dura adversidad.
También la banda sonora, llena de fuerza dramática, a cargo de otro de los grandes: Quincy Jones, ayuda a que el espectador permanezca con expectación a su desenlace.
Recomendable por lo positivo de su mensaje: que la vida humana no tiene precio y hay que intentar salvarla hasta el último momento. Que siempre hay una esperanza al final del camino oscuro que nos enturbia la ilusión por vivir.
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