Oeste salvaje (USA, 1962)

 

 

Título original: The Wild Westerners

Director: Oscar Rudolph

Guion: Gerald Drayson Adams

Música: Duane Eddy

Fotografía: Gordon Evil

Género: Western

Reparto: James Philbrook, Nancy Kovacks. Duane Eddy. Guy Mitchell, Hugh Sanders. Elizabeth MacRae . Marshall Ree. Nestor Paiva . Harry Lauter. Bob Steele. Lisa Burket. Terry Frost. Hans Wedemeyer. Don C. Harvey. Elizabeth Harrower. Charles Horvath. Pierce Lyden. Joe McGuinn . Francis Osborne. Marjorie Stapp. Tim Sullivan, Dan White,  Henry Wills 

Argumento

En 1864 se están produciendo robos a diligencias, por parte de una extraña banda de forajidos, que está comandada por alguien que conoce bien los movimientos por esas tierras.
Allí llega un sheriff incorruptible que se acaba de casar, prácticamente por sorpresa, con una extraña, un antigua bailarina, que se hace pasar por la novia del hombre, quien le ha dejado a él una carta diciéndole que en el último momento ha conocido a otro hombre y no se casará con él.
Al principio la relación entre la pareja será fría y distante, por culpa de él, que no se fía de la mujer, pero poco a poco irá comprobando que se ha casado con una mujer valiente y decidida.

 

"Si tengo que elegir entre una serpiente y una mujer sioux, me quedo con la serpiente".

Mediocre western, rutinariamente dirigido por el para mí desconocido Óscar Rudolph, pero agradable.
Y es que nada resulta especial ni interesantísimo, pero está narrada de forma clara y los acontecimientos resultan amenos.
Se pasa el rato bien y es ciertamente simpática, al menos en cuanto al personaje de la chica, la esposa del protagonista, una mujer valiente y con mucho sentido del humor a la vez, con la que el espectador se siente identificado. No resulta cargante y ver la cara que pone tras los continuos desplantes de su esposo hace sonreír en ocasiones. Lo interpreta la bella actriz Nancy Kovacks, que parece no tuvo mucha suerte en el cine. Pero aquí lo hace francamente bien.

Por lo demás, no mucho que contar, aunque siempre te puedes quedar con el personaje del pistolero malo, convenientemente vestido de negro desde los zapatos hasta el sombrero, como corresponde a todo villano que se precie.
En fin, que no es nada del otro jueves este film, pero entretiene.