Título original: Green Grass of Wyoming
Director: Louis King
Guion: Martin Berkeley. Novela: Mary O'Hara
Música: Cyril J. Mockridge
Fotografía: Charles G. Clarke
Género: Vida Normal, Deportivo
Reparto: Peggy Cummins. Charles Coburn. Robert Arthur, Lloyd Nolan. Burl Ives. Geraldine Wall. Robert Adler, Marcella Becker. Richard Garrick. Charles Hart. Herbert Heywood . Marilyn Monroe. Charles Tannen. Will Wright
Argumento
En Wyoming, finales de los años cuarenta, un potro rebelde llamado Rayo se ha escapado, causando pérdidas en todos los rancheros con yeguas en su manada. Rayo se acerca a donde está la yegua y le llama. Ella, siguiendo su instinto, le sigue escapándose.
Todos quieren dar con él y matarle, pero un chico avispado, su dueño, tratará de salvarle la vida volviéndole a capturar sano y salvo.
Para ello se servirá de una preciosa yegua a quien le entrena para las carreras a trote.
Pero no será fácil ni capturar a Rayo ni convertir a la bonita yegua en una campeona.
Bienintencionada película familiar, con aspecto de western ya que goza de grandes extensiones de terreno, vestuario propio del far west, preciosos caballos y yeguas... pero salen avionetas, coches y radios, por lo que, ya que se sitúa la historia a finales de los años cuarenta del siglo XX, pues mejor integrarle en el género familiar o vida normal, como queramos.
Estamos ante una "bonita" película, esto es, llena de buenas intenciones y sentimientos, donde el amor a los caballos y la libertad, son las monedas de cambio corriente. No sin sobreponerse a difíciles circunstancias como la ambición, la falta de lucha ante la adversidad, o el resquemor entre familias opuestas.
Pero todo ello bajo una pátina de bonhomía, que la hace apetecible a toda clase de público, resultando en líneas generales agradable y amena.
No es un dechado de virtudes, siendo todo circular y poco espectacular.
Pero está bien por sus méritos técnicos, donde podemos contemplar maravillosos paisajes de Lancaster, Ohio y Utah (USA). Todo ello lustrado por una brillante fotografía en el precioso technicolor de la época, a cargo de Charles G. Clarke, que con este trabajo fue nominado al Óscar en dicho apartado.
Sencillo pero competente guión de Martin Berkeley, que adapta con respeto y dignidad la obra literaria de Mary O'Hara.
En resumidas cuentas, vista hoy en día (21-11-09) resulta un pasatiempo discreto pero seguro, que se olvida con facilidad.
Como curiosidad, en la escena de baile aparece (yo no me di cuenta) Marylin Monroe. De extra.
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