Título original: Frontier Gal
Director: Charles Lamont
Guion: Michael Fessier, Ernest Pagano
Música: Frank Skinner
Fotografía: Charles P. Boyle, George Robinson
Género: Western
Reparto: Yvonne de Carlo, Rod Cameron, Andy Devine. Fuzzy Knight, Andrew Tombes, Sheldon Leonard, Clara Blandick ,. Jan Wiley. Jack Overman. Frank Lackteen. Beverly Simmons, Eddie Borden, Peter Coe, Eddie Dunn, George Eldredge,. Lloyd Ingraham, Jack Ingram
Argumento
Un forastero es perseguido por un grupo de hombres, que mientras cabalgan le balean sin cesar.
Les da esquinazo y se mete en un pueblo donde nada más llegar a su saloom tiene una pelea que la dueña del establecimiento, una mujer preciosa, finaliza dejándole medio cao de un golpe en la cabeza.
El hombre dice que ha ido a este pueblo a encontrar a un hombre que un día le baleó en una emboscada tras asesinar a su amigo. Quiere encontrarle para saldar cuentas a pesar de que no sabe quién es.
Desde el comienzo, entre el forastero y la mujer hay un tira y afloja, más un tira, que acaba sorprendentemente en boda tras un malentendido.
Pero el hombre tiene su jeta en los pasquines de los sheriffs del lugar, donde pone que su cabeza cuesta mil dólares.
"- ¿Dónde está el sheriff?
- Está indispuesto.
- ¿Grave?
- No. Sólo muerto".
Algo extraño, no porque su narración sea obtusa, sino porque mezcla diversos géneros y, sobre todo al comienzo, no sabe posicionarse en un lugar común, por lo que resulta a su vez curiosa.
No es redonda y se puede decir que es un western de serie B, pero al menos los sucesos, poco verosímiles de por sí, mantienen el interés para saber cómo finalizará el cotarro.
Un argumento donde el far west se une al puro drama más o menos romántico, que en diversas escenas desembocan en el puro culebrón.
Charles Lamont, el director, autor de un buen número de productos de una especial índole, sabe ir de menos a más, hasta conseguir una cinta amena, donde el aburrimiento y el tedio no tienen lugar. Y eso que al principio parece que será algo inquietantemente estrafalario. Pero no, con la presencia de una niña, la cosa mejora y momentos como cuando ella le grita a su padre que hay una enorme serpiente a la cabecera de su cama, tienen verdadera gracia. Y es que la niña es muy pizpireta y hace las mismas cosas que su madre en la ficción (Yvonne de Carlo) pero con más chispa y salero al ser un renacuajo.
El final, hasta espectacular y todo.
Muy bonita fotografía en el precioso technicolor de la época, sobre todo en las escenas de exteriores (Kernville, California, USA), y algo más ocres en las interiores.
De Carlo vuelve a cantar y no lo hace nada mal.
Western irregular, pero resultón, con algunos graciosos diálogos como este:
"- ¿Qué busca por aquí, forastero?
- Nada forastero.
- Yo no soy forastero.
- Para mí, sí.
- ¿De dónde viene?
- Lo he olvidado.
-¿A dónde va?
- Quién sabe.
- Un bonito lugar. Lo conozco.
- Yo todavía no, paisano".
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