jueves, enero 25, 2024

Donde el círculo termina (Gran Bretaña, 1958)

 


 Título original: The Scapegoat

Director: Robert Hamer

Guion: Robert Hamer, Gore Vidal. Novela: Daphne Du Maurier

Música: Bronislau Kaper

Fotografía: Paul Beeson

Género: Intriga

Reparto: Alec Guinness, Bette Davis. Nicole Maurey, Irene Worth , Pamela Brown, Annabel Bartlett , Geoffrey Keen.  Noel Howlett, Peter Bull, Leslie French, Alan Webb, Maria Britneva , Eddie Byrne, Alexander Archdale, Peter Sallis 


Argumento

Un hombre inglés de mediana edad, que imparte clases de literatura francesa en la modesta Universidad de su localidad, se traslada a París como suele hacerlo cada año.
Se trata de un hombre tranquilo, gris, soltero,sin hijos, que lleva una vida rutinaria.
Sin embargo, llegado a París comienza a ser confundido con alguien.
Una noche, en una taberna se encuentra de repente y de frente con un hombre clavadito a él.
Este, de muy distinta personalidad, hombre mundano y con esposa, hija, castillo y fundición propia, le engaña de tal forma que a la mañana siguiente se habrá pirado dejando al incauto en su papel.
El pobre profesor de francés comenzará a desempeñar su papel muy a su pesar, intentando hacerles ver a los demás el engaño. Pero no será fácil y él poco a poco se irá sintiendo más y más a gusto en el pellejo de su sosías.


Curioso pero no muy logrado film de intriga, o al menos con un trasfondo de dicho género, que se hace más patente en los últimos minutos, adaptación de la novela de Daphne Du Maurier..
Hasta estos minutos finales, la película se desenvuelve por caminos de puro costumbrismo, con apuntes de fina comedia inglesa, y personajes algo estrafalarios que se van interrelacionando entre sí hasta hacerse cercanos y familiares.
La cinta transcurre tranquilamente, sin prisas pero indudablemente también sin pausas.
No es muy imaginativa y la dirección de Hamer está lejos de su muy estimable y esforzada "Ocho sentencias de muerte", y no digamos del capítulo suyo de la indiscutible obra maestra "Al morir la noche".
Aquí nada transciende, y tampoco nada molesta, siendo, como de costumbre, un placer ver en pantalla el trabajo de ese gran actor inglés que fue Alec Guinnes. Por su parte, Bette Davis trabaja más bien poco, aunque cada vez que sale demuestra su carácter, pero en estos momentos estaba más bien de capa caída, algo lejos todavía de su resurgimiento gracias a los grandes guiñoles de terror/suspende.
Un film claramente menor, que apenas se recuerda al de poco de ser visto, aunque denote finura estilística.

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