Título original: Return to the river Kwai
Director: Andrew V. McLaglen
Guion:
Música:
Fotografía:
Género: Bélico
Reparto: Christopher Penn, Nick Tate, Timothy Bottoms: George Takei. Edward Fox. Alexander Blaise. Simplicio Cahilig.Michael Dante. Patricia Edmondson. Denholm Elliott. Richard Graham. Jimmy Guerrero. Paul Holm. Ryusuke Inoue- Sachiko Inoue, Koji Kato. Motoko Kobayashi. Michael Kostroff. Ronnie Lazaro
Argumento
Durante la II Guerra Mundial, en el Frente del Pacífico, en territorio tailandés hay un campo de concentración japonés, donde se encuentran unos cuatrocientos prisioneros ingleses.
Llega un comandante japonés, muy humano, con órdenes de trasladarlos a Japón, dado que las bajas en sus filas hace que se necesite mano de obra externa.
Pero los jefes británicos le piden que desita pues el traslado significará la muerte de muchos prisioneros, dado que están enfermos de disentería y además están muy débiles.
Sin embargo, no les hacen caso.
Mientras tanto, un oficial de la aviación estadounidense cae cerca de allí y es rescatado por un mayor inglés que se ha convertido en jefe de un grupo de nativos tailandeses que les son fieles.
Pues como todas las pelis del simpático Ándrew V. McLaglen, hijo del recordado Víctor, con todo lo que ello significa. Es decir, cinta mediocre pero funcional, lleno de buenos intérpretes pero flojo guión...
Un film discreto en cuanto a calidad cinematográfica, pero entretenido y fácilmente llevadero, que se consume y se olvida de la misma.
Y es que se parece a muchas del mismo pelo, aunque no moleste en absoluto y haga pasar el rato más o menos bien.
No hay nada original y sus situaciones ya nos resultan conocidas, aunque hay momentos conseguidos, como la tensión en la escena en la que el oficial malo japonés (un convicente George Takei) se dispone a cortar la cabeza con su sable a un soldado que ha intentado huir.
Asimismo, el final, tal y como se habían desarrollado los acontecimientos, es poco creíble.
Pero la ambientación está bien, la fotografía lograda y los intérpretes resultones.
Ni buena ni mala, del montón y a correr.
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