viernes, agosto 10, 2018

ISLA DE LA AMBICIÓN, LA (JUSTICIEROS DEL MAR, LOS) (PIRATA DE LAS ISLAS, EL) (Il giustiziere dei mari) (Italia, Francia; 1961) Aventuras




Director: Domenico Paolella (1, 2, 3)
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Intérpretes PrincipalesRichard Harrison (1, 2, 3, 4, 5), Michele Mercier (1, 2), Roldano Lupi (1), Marisa Belli (1, 2), Walter Barnes (1), Paul Muller (12345, 6, 7), Carlo Hinterman, Lilia Nguyen, Italo Sain, Romano Giomini.
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ArgumentoA lo largo de las costas de Australia, una dura persecución sucede, unos pocos cientos de deportados de la cárcel de Freeland acaban sus vidas, obligados a la peligrosa pesca de perlas, para engrandecer el tesoro de la comunidad británica. 
Un día llega un capitán británico al mando de su armada para conseguir las perlas que no han podido los deportados enviar a Inglaterra, dispuesto a atormentarles hasta la extenuación hasta conseguirlas.
Pero uno de los mandos británicos resulta ser el hijo del jefe de los deportados y comienza a cuestionar a su superior. 
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Mi comentarioCoproducción entre Italia y Francia, prima hermana de "Atrapadas en la isla del diablo", con la que comparten realizador, actrices protagonistas y espíritu aventurero que, al menos, pretende emular a las producciones hollywodienses, no en vano es de comienzos de los sesenta, antes del boom de cintas europeas de parecido pelo y en la mayoría de las ocasiones peor resultado. No, no es que esta peli sea buena, es mediocre y sobre todo posee un guión (a cargo de Ugo Guerra y Luciano Martino) que hace aguas por todas partes, con momentos ridículos hasta la extenuación, pero al menos también posee ideas, precisamente del guión y sobre todo de algunos felices diálogos, que la redimen.


Entre los logros, la sorprendente ofrenda a los dioses de los terribles guerreros de los pantanos (que en realidad resulta algo irrisoria, pero al menos es muy imaginativa) y la relación entre el malote de la función y su amante mestiza (estupenda Marisa Belli y creíble en todo momento Roldano Lupi).
Posee una buena fotografía a cargo de Carlo Bellero y las escenas de acción son entonadas. En cuanto al gran (en todos los sentidos) Walter Barnes, pues eso, que una vez más se come al resto del reparto pues siempre tiene una personalidad arrolladora. Me parece que no tuvo en el cine el éxito que se mereció.


En líneas generales resulta lo suficientemente amena como para seguir sin mayor dificultad su visión hasta su previsible conclusión.
Se puede ver y, como he dicho antes, al menos posee la frescura de ser de las primeras producciones europeas con piratas y demás, amén de ser uno de los primeros trabajos también de su protagonista, Richard Harrison, luego habitual en simpáticos spaguettis y cintas como esta.

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