Director: Juan G. Atienza
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Intérpretes Principales: José (Pepe) Isbert (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9), Sara García, Carlo Pisacane (1), Lola Gaos (1, 2, 3, 4, 5), Paolo Ferrara (1, 2), Fernando Sánchez Polack (1, 2, 3, 4, 5, 6), María José Alfonso, Ricardo Tundidor (1), Xan das Bolas (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13), Manuel Torremocha (1), Joaquín Pamplona (1, 2, 3), Manuel Peiró, Juana Cáceres, Santiago Ontañón (1), Juan Cazalilla (1, 2, 3, 4, 5), Laura Valenzuela (1, 2, 3), Richard Harrison (1, 2, 3, 4), Adolfo Marsillach (1, 2, 3, 4).
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Argumento: Don Benito, Doña Pura y Don Augusto suelen coincidir cada mes en las colas de las ventanillas de la mutualidad para cobrar su pensión, ocasión que aprovechan para hablar de la vida pasada y de los achaques recientes. Así se enteran de que Don Felipe, un conocido, está muy enfermo y se encuentra solo y sin dinero para un entierro decente.
Deciden entonces pedir un préstamo para ayudarlo, pero, como no se lo conceden, recurren a una solución más drástica: atracar la caja.
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Mi comentario: Entretenida comedia hispano-italiana, que no tuvo prácticamente ninguna repercusión comercial en su día debido, al parecer, a una mala distribución.
Vista ahora, en mayo de 2018, compruebo que la película no es muy allá pero sí que va claramente de menos a más y al final te convence, al menos, su propuesta, más que de sus resultados finales.
Y es que es bastante irregular, tarda un poco en entrar en materia y la primera mitad resulta un poco insípida. Más tarde, cuando "el plan" toma forma, todo es más atractivo y las situaciones, aunque rocambolescas, tienen su gracia (divertidos apuntes costumbristas) y está bien filmado.
También tiene su gracia el momento en el que los tres protagonistas van al cine a ver "una de atracos" para aprender, y ven una ficticia cinta donde contemplan en una escena "de alto voltaje" a Adolfo Marsillach, Laurita Valenzuela y a Richard Harrison, más tarde habitual en spaguettis, en una escena del film "Rapiña en Golden City (Atrack)", que no existe en la realidad sino que está rodado para esta escena. Tiene su aquél.
Por lo demás, resulta francamente enojoso (supongo que por ser una co-producción) oír al gran maestro de la comedia Pepe Isbert, con otra voz. O sea, que está doblado. Un verdadero sacrilegio, proclamo. Y así otros intérpretes (pobre Xan das Bolas...), pero en este caso, imperdonable.
Muy buena fotografía en blanco y negro.
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