Director: Alfred Vohrer
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Intérprete Principales: Joachim Fuchsberger, Karin Baal, Dieter Borsche, Wolfgang Lukschy, Eddi Arent, Anneli Sauli, Klaus Kinski, Bobby Todd, Franz Schafheitlin, Harry Wüstenhagen, Ady Berber, Rudolf Fenner, Hans Paetsch
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Argumento: Es de noche en Londres, la niebla es espesa y las calles están desiertas.
Un ciego camina con dificultad, mientras como fondo suenan las campanas del Big Ben, el reloj del Parlamento.
De pronto un grito rasga la noche.
Al día siguiente se encuentra un cadáver en el Támesis: el diagnóstico es de muerte accidental.
No obstante, el inspector Holt de Scotland Yard sospecha juego sucio. Ya son varias las muertes similares y, en todos los casos, se trata de un hombre de edad avanzada, viudo, sin familia próxima y que disfrutaban de una acomodada situación económica.
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Mi comentario:
"- ¿Quién es Ud.?
- No, no, yo siempre he hecho lo que me mandaban.
- No, no, yo siempre he hecho lo que me mandaban.
- Ya es demasiado tarde.
- Yo no sé nada, no sé nada.
- Eso es ya demasiado".
Entretenido pero no demasiado conseguido film alemán, basado en las novelas de Edgar Wallace, que no se diferencia demasiado del resto que se hizo en dicho país, sobre todo en la década de los sesenta.
Posee la misma atmósfera y Vohrer, al menos, dota de cierto clímax de intriga y misterio gracias a la conseguida iluminación y bella fotografía en blanco y negro.
Es irregular en su desarrollo y posee artilugios y/o modos de asesinar que siempre se aprecian por curiosos, en esta clase de productos.
Se ve bien y se olvida con cierta facilidad y es que casi todas las de esta simpática serie estaban cortadas por el mismo patrón.
No aburre, por lo que cumple su función de hacer pasar hora y media de forma amena. Tampoco tiene mucho más (excepto la presencia de un ya magnético e inquietante Klaus Kinsky), pero es suficiente con ello.
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