Director: Edward L. Cahn
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Intérpretes Principales: Cameron Mitchell, Robert Strauss, Grant Richards, James Brown, Elaine Edwards, Edward Platt, Richard Karlan, Ted de Corsia, Louis Jean Heydt, Carol Nugent, Frank Gerstle, Jin Bannon, Anthony Carbone
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Argumento: El mafioso Lucky Luciano vuelve a Estados Unidos tras varios años de deportación.
Pronto organizará una reunión de mafiosos, para reorganizar la "institución".
Tony Ledo, lugarteniente del jefe enemigo de Lucky planeará asesinar a Luciano que ha herido de muerte a su jefe.
Pero los acontecimientos irán cambiando según van transcurriendo las circunstancias.
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Mi comentario: Dentro de la filmografía por mi vista del realizador Edward L. Cahn, sin ser nada del otro jueves, es de lo más bien poco bueno que he visto.
Es bastante modesta, aunque con buenos intérpretes, pero la cinta parece en verdad más bien barata aunque se sigue con cierto interés gracias al guión de Orville H. Hampton, que por lo menos va al grano y no se pierde en disquiseteces psicológicas vanas.
Es amena en líneas generales y su corta duración, menos de 75 minutos, ayuda a digerirla mejor.
Tiene, eso sí, escenas que invitan al cachondeo, como por ejemplo cuando el joven amigo de la hija pequeña de la familia secuestrada huye corriendo de la casa. Antes de entrar ha dejado su coche aparcado, pero a unos cincuenta metros. Y nada más salir por la puerta de la casa corriendo los malotes le siguen y al salir comprueban que el chaval ya ha está arrancando el coche y saliendo a todo gas. ¿Cómo le ha dado tiempo a llegar al coche, arrancarlo y ponerlo en marcha en apenas cinco segundos? Misterio.
Otro dato divertido es el ver al agente de policía con el cinturón subido hasta bastante más arriba del ombligo.
Como elemento positivo, destacar el buen discurso del jefe de los gángster al final de la cinta. Un discurso relativo al protagonista de la película con el que no puedo estar más de acuerdo.
No está bien la peli, pero se puede ver.
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