Director: LEÓN KLIMOVSKY
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Intérpretes Principales: María José Cantudo, Paul Naschy, Máximo Valverde, Luis Prendes, Teresa Gimpera, Tony Isbert, Manuel Torremocha, María Luisa Ponte, Gemma Cuervo, Luis Induni, Isabel Luque, Manuel Tejada, Adriano Domínguez, Fernando Sánchez Polack, Antonio Ramis, Paco Catalá
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Argumento: Un grupo de malhechores secuestran a una pareja formada por la hija de un banquero y el hijo de un importante constructor con el fin de obtener un gustoso rescate.
Tras el rapto, los jóvenes son trasladados y encerrados en una casa de las afueras de Madrid.
Parece que todo marcha a la perfección según lo planeado, pero, poco a poco, empiezan a surgir problemas.
Tras el rapto, los jóvenes son trasladados y encerrados en una casa de las afueras de Madrid.
Parece que todo marcha a la perfección según lo planeado, pero, poco a poco, empiezan a surgir problemas.
Mi comentario: Tal y como se podía esperar, muy mediocre película española, dirigida por León Klimovsky, que aquí, con el material que le dan, no puede hacer nada para elevar un poco la calidad del producto final.
Y es que todo es infumable, gracias al pobre guión de su protagonista, Paul Naschy, que mezcla todo lo que la época podía permitirle: dlincuentes, incluso alguno homosexual, ricachones, bien débiles de carácter, bien aburridas y dispuestas a salir de su zona de confort, adulterios y una pobreza moral importante en la mayoría de los personajes.
Tan sólo destaca en el desaguisado la buena fotografía de Miguel Fernández Mila. El resto, pura filfa.
Pero bueno, la verdad es, a pesar de ser mala, las he visto peores.
¡Ah! Y en cuanto a la deriva final, de descojono.
Y es que todo es infumable, gracias al pobre guión de su protagonista, Paul Naschy, que mezcla todo lo que la época podía permitirle: dlincuentes, incluso alguno homosexual, ricachones, bien débiles de carácter, bien aburridas y dispuestas a salir de su zona de confort, adulterios y una pobreza moral importante en la mayoría de los personajes.
Tan sólo destaca en el desaguisado la buena fotografía de Miguel Fernández Mila. El resto, pura filfa.
Pero bueno, la verdad es, a pesar de ser mala, las he visto peores.
¡Ah! Y en cuanto a la deriva final, de descojono.
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